Мовна специфіка літературних творів доби Золотого Віку

СОДЕРЖАНИЕ: Поняття аксиології як науки про цінності, дослідження категорії суб’ктивної оцінки. Аналіз лексики творів іспанських авторів доби Золотого Віку. Проблеми особистості в мові, прагматичний ракурс дослідження. Приклади вживання лексики суб’єктивної оцінки.

CONTENIDO

Introduccin

1. La caracterstica de la literatura del Siglo de Oro

1.1. La nocin general del Siglo de Oro

1.2. Prosa cientfica e histrica

1.3. La novela de caballeras

1.4. La novela pastoril

1.5. Lazarillo de Tormes y la novela picaresca

1.6. Don Quijote - Miguel de Cervantes

1.7. Poesa de siglo XVI - Garcilaso de la Vega

1.8. Poesa pica

1.9. Literatura espiritual

1.10. La poesa del S. XVII - Gngora, Quevedo y Lope de Vega

1.11. La comedia o teatro nacional espaol

1.12. La prosa de ideas - Quevedo y Gracin

2. Categora de axiologia

2.1. Nocin y despliegue de axiologia

2.2. El subjetivismo axiolgico

2.3. El objetivismo axiolgico

2.4. Determinacin sistemtica del valor

2.5. Entrada de la Axiologa en el mbito de la Ontologa

3. Las caractersticas semnticas de evaluacin 3.1.El factor subjetivo y objetivo de evaluacin

3.2. Clasificacin de tipos de evaluacin

3.3. Los componentes evaluativos y descriptivos de significado

La evaluacin general y parcial

4. La evaluacin comparativa de situaciones

5. La parte prctica: lxico de evaluacin subjetiva

en las obras del Siglo de Oro

6. Conclusiones

7. Резюме

8. Бібліографія


INTRODUCCIN

El enfoque de la lingstica de las ltimas dcadas tiende a la investigaciones del problema de la personalidad el la lengua. Las obras de los cientficos contemporneos se caracterizan por la visin antropolgica del anlisis de obras litererias. Texto se observa como el reflejo de la concepcin valorativa del autor. Los medios de expresin de la evaluacin subjetiva son el modo de realizacin de la imagen del autor ms importante.

Cualquier juicio presupone el sujeto, es decir, una persona que produce la evaluacin y un fenmeno o una cosa a la cual se refiere la evaluacin. La medida de valor de todo lo existente es un hombre en conjunto de todas las manifestaciones de su vitalidad. El criterio popular presupone la existencia del hecho objetivo y slido como generador de la dudosa experiencia subjetiva, cuando el proceso es inverso y las cualidades opuestas. Para cada uno de nosotros, slo es real nuestra subjetividad, percepcin y sensibilidad. Una misma cosa puede ser evaluada por diferentes personas como bonita, fea, excelente, terrible, ordinaria etc.Uno evala situaciones, acciones, modos de actuar, acontecimientos en adecuacin con las finalidades que se propone, de la real situacin de su vida. Cada da nosotros dividimos lo bueno de lo malo, lo delicioso lo contraponemos a lo desabrido, lo inagradable a lo agradable. La presencia de una opcin dentro de una serie de alternativas, incita a uno a hacer una comparacin evaluativa. Las alternativas se comparan desde el punto de vista de que es mejor y peor para nosotros.

La correlacin de lo subjetivo y lo objetivo es el problema bsico alrededor de que se desarrollan las discusiones sobre la esencia filosfica de valores y sobre la naturaleza de juicios evaluativos. Historia del aprendizaje de evaluacin se caracteriza por una contnua lucha de dos corrientes, una de las cuales se apoya sobre la idea de que lo ms importante en proceso de evaluacin es sujeto mientras la segunda se inclina a lo que el componente principal de evaluacin es la naturaleza del objeto.

En este trabajo observamos como se realiza la evaluacin subjetiva por los protagonistas de los escritores espaoles del Siglo del Oro, que medios lxicos se usan para proporcionar el valor subjetivo a sus juicios.

El objeto: el lxico de las obras del Siglo de Oro: novelas de Miguel de Cervantes, Quevedo y Gracin y las piezas de Lope de Vega, Tirso de Molina, Caldern de la Barca.

La actualidad de la investigacin: los resultados obtenidos han de monstrar las oportunidades lxicas que tiene la lengua espaola para expresar el subjetivismo caractristico para cualquier juicio a travs de las rplicas de los personajes de las obras analizadas.

El sujeto :las peculiaridades de la lengua de las obras artsticas del Siglo de Oro.

El objetivo: analisar el lxico de valor subjetivo basndose en las obras de Cervantes, Quevedo, Gracin, Lope de Vega, Tirso de Molina y Caldern de la Barca.

Para lograr este objetivo ha de cumlir las tareas siguientes:

· definir la nocin de la evaluacin subjetiva, sus peculiaridades y funciones;

· estudiar las circunstancias del uso del lxico de la evaluacin subjetiva ;

· establecer la funcin de la evaluacin subjetiva en el lenguaje de los personajes;

· analizndo las obras de Cervantes, Quevedo y Gracin, Lope de Vega y Caldern de la Barca revelar papel del lxico de valor subjetivo en las obras del Siglo del Oro.

El material : las novelas de Miguel de Cervantes Saavedra “La gitanilla”, “Rinconete y Cortadillo”, “El licenciado Vidriera”, “El celoso extremeo”, “La ilustre fregona” , “Los Sueos” de Quevedo y “Arte de ingenio” de Gracin, la pieza de Lope de Vega“Ay, Verdades que en el Amor ... !” y “La vida es sueo” de Caldern de la Barca.

El valor prctico: este trabajo de mster precisa la importancia del estudio del lxico de evaluacin subjetiva.

Los mtodos de la investigacin:

· el anlisis terico de las investigaciones de los lingistas rusos y espaoles acerca de la axiologia, ciencia que se ocupa de valores, y acerca de evaluacin;

· comparacin de factores subjetivo y objetivo de la evaluacin;

· clasificacin de tipos de evaluacin a base del anlisis de las teoras lingsticas;

· estudio de las obras de clebres lingistas que investigaron la evaluacin: E.Wolf,N.Arutyunova, P.Nowel-Smit, J. fon Wright, G.Moor.


1. La caracterstica de la literatura del Siglo de Oro

1.1. La nocin general del Siglo de Oro

Por Siglo de Oro se entiende la poca clsica o de apogeo de la cultura espaola, esencialmente el Renacimiento del siglo XVI y el Barroco del siglo XVII. Cindose a fechas concretas de acontecimientos clave, podra decirse que se tratara de dos siglos escasos, desde la publicacin de la Gramtica castellana de Antonio de Nebrija (1492) hasta la muerte de Caldern (1681). El punto ms alto de este apogeo se encuentra en la obra de Miguel de Cervantes y Lope de Vega, aunque los signos de decadencia empiezan a mostrarse en 1580; todo el siglo XVII es ya un periodo de declive econmico, social y cultural.

La eleccin de 1492 no es casual: en ese ao termina el poder poltico musulmn en la Pennsula con la conquista del Reino de Granada, aunque una minora morisca seguir siendo tolerada en Castilla, Aragn y Andaluca hasta el reinado de Felipe III; por otra parte se expulsa a los judos que no se cristianizan y stos fundan colonias hispanas por toda Europa, Asia y Norte de frica, donde siguen cultivando su lengua y escribiendo literatura en castellano y produciendo figuras notables, como el economista y escritor Jos Penso de la Vega; el afn guerrero fraguado a partir de siglos de Reconquista medieval desborda el cauce peninsular y se proyecta sobre la Amrica recin descubierta, as como en guerras europeas que al cabo endeudaran patolgicamente y destruiran la economa interior de Castilla, exange por el peso de las contribuciones e impuestos que los dems reinos de Espaa se negaban a pagar.

A finales del siglo XVIII la expresin “Siglo de Oro”, con la que Lope de Vega aluda al suyo y que suscitaba la admiracin de Don Quijote en su famoso discurso sobre la Edad de Oro, ya se haba popularizado y la termin de consagrar el hispanista norteamericano George Ticknor en su Historia de la literatura espaola, aludiendo al famoso mito de la Teogona de Hesodo en que hubo una serie de edades de hombres de distintos metales cada vez ms degradados.

Fue un periodo de gran florecimiento poltico y econmico en Espaa, que alcanz un gran renombre y prestigio internacional; durante esta poca todo lo “nuevo” en Europa vena de Espaa y era imitado con gusto y aplicacin; se puso de moda saber la lengua espaola. Se desarrollan en especial la literatura, las artes plsticas y la msica. En el terreno de las humanidades la erudicin fue extensa pero poco profunda, y el estudio del griego, como el del hebreo, hubo de sufrir frecuentemente el acoso por parte del Santo Oficio, siempre atento a los delitos de pensamiento. En el terreno cientfico hubo avances importantes en Lingstica (Francisco Snchez de las Brozas y su Minerva), Geografa, Cartografa, Antropologa y Ciencias naturales (Botnica, Mineraloga etc.), como consecuencia del descubrimiento de Amrica, pero se descuidaron las dems ramas del saber y se persigui tenazmente cualquier expresin de heterodoxia religiosa o librepensamiento por parte de la Inquisicin; son ms discutibles las aportaciones en Matemticas (Sebastin Izquierdo, Juan Caramuel, Pedro Nunes, Omerique, Pedro Ciruelo, Juan de Rojas y Sarmiento, Rodrigo Zamorano), Fsica, Medicina, Farmacologa (Andrs Laguna), Psicologa (Juan Luis Vives, Juan Huarte de San Juan) y Filosofa (Francisco Surez), si bien hubo tambin figuras eminentes en todas estas materias. Igualmente se desarrollaron, por del gran impacto que tuvieron los descubrimientos, el derecho natural y el derecho de gentes, con figuras como Bartolom de las Casas, influyente precursor de los derechos humanos y defensor del iusnaturalismo en su De regia potestate, o Francisco de Vitoria.

El Siglo de Oro abarca dos periodos estticos, que corresponden al Renacimiento durante el siglo XVI, durante el reinado de Fernando el Catlico, Carlos I y Felipe II, y al Barroco durante el siglo XVII y los reinados de Felipe III, Felipe IV y Carlos II. El eje de estas dos pocas o fases puede ponerse en el Concilio de Trento y la reaccin contrarreformista.

El Siglo de Oro espaol tuvo trascendencia europea al aportar novedades formales y obras maestras en literatura, msica y pintura. Durante esta misma poca, se produca en Espaa un lento declive en los aspectos econmico, social, militar y poltico, acentuado paulatinamente en la centuria seiscentista.

1.2. Prosa cientfica e histrica

Uno de los gneros de mayor predicamento en la prosa espaola de la primera mitad del siglo XVI fue el de las miscelneas de divulgacin cientfica e histrica. Grandes representantes de este tipo de literatura fueron fray Antonio de Guevara y Pedro Mexa.

Las obras de Guevara ms destacables son Marco Aurelio (Sevilla, 1528) y Relox de Prncipes (Valladolid, 1529), obra sta que tuvo un enorme xito editorial con traducciones a mltiples idiomas.

La produccin de Mexa, dejando aparte sus obras menores, se circunscribe a dos campos fundamentales: el histrico y el miscelneo de divulgacin cientfica. En el primero hay que resear la Historia Imperial y Cesrea y La Historia del Emperador Carlos V. Dentro del campo divulgativo cabe resaltar la Silva de varia leccin y los Coloquios o Dilogos.

El xito editorial europeo que alcanzaron sus obras, slo comparable al conseguido por Guevara, fue extraordinario, y las influencias que ejerci, notorias. En varias ocasiones se ha sealado la ascendencia de Mexa sobre Cervantes y Mateo Alemn; tambin se han puesto de manifiesto las deudas de Montaigne, Lope de Vega, Marlowe y Shakespeare para con el humanista sevillano.

1.3. La novela de caballeras

El mismo xito tuvo el Amads de Gaula. Esta obra, inspirada en las novelas francesas del ciclo artrico, fue publicada en 1508 por Garca Rodrguez de Montalvo.

Del Amads se hicieron unas treinta ediciones entre 1508 y 1517. Durante los cien aos que siguieron a la publicacin del Amads, aparecieron unas cincuenta novelas de caballera en Espaa y Portugal. Se publicaron con un promedio de casi una por ao entre 1508 y 1550; a stas se aadieron nueve entre 1550 y el ao de la Armada Invencible (1588), y slo aparecieron tres ms antes de la publicacin de Don Quijote.

El xito de las novelas de caballeras es increble. Sabemos que santa Teresa y san Ignacio las leyeron profusamente en su infancia y juventud. La piedad belicosa que transpiraban estas novelas conectaba plenamente con las expectativas y ansiedades de la sociedad espaola.

1.4. La novela pastoril

Otra forma novelstica de gran xito fue la pastoril, que comenz en Espaa en ntima asociacin con las novelas de caballera. En Jorge de Montemayor la concepcin del amor es totalmente medieval y desde luego es bien visible la influencia de la doctrina neoplatnica de Len Hebreo. La obra de Gil Polo est en buena parte inspirada por Gli Asahani de Bembo, constituyendo de hecho una vsin alternativa de la teora neoplatnica en versin mucho ms puritana que la de Montemayor. La Galatea de Cervantes destaca por su sobriedad, que pretende dar solidez al mundo pastoril. Krauss ha planteado la relacin entre la literatura pastoril y el auge econmico de la organizacin ganadera de la Mesta.

1.5. Lazarillo de Tormes y la novela picaresca

El inters de la problemtica del amor como tema literario propici toda una corriente novelstica marcada por la descendencia de La Celestina. La novela sin duda ms conocida del siglo XVI fue la Vida del Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, de autor deconocido y de la que se conservan tres primeras ediciones separadas (Burgos, Alcal y Amberes) que datan de 1554. Es muy probable que la primera edicin sea de 1552 1553. Cundo fue redactado el Lazarillo? Mrquez Villanueva propone una fecha tarda muy prxima a 1554; M. J. Asensio, por lo contrario, propone una fecha muy temprana. El autor sigue sin concretarse. Las atribuciones, unas con ms fundamento, otras con menos, se han sucedido, pero por el momento, con los datos al alcance, parece imposible descubrir el secreto del autor annimo. Unos creen que fray Juan de Ortega, jernimo; otros, que don Diego Hurtado de Mendoza; otros, que uno de los hermanos Valds; otros, que Sebastin de Horozco. El enigma sigue sin desvelarse.

El Lazarillo es una obra cmica, de una comicidad a veces brutal, y de hecho uno de los libros ms divertidos de la literatura espaola, escrito en un estilo ingenioso y agudo.

La impresin de tres ediciones en un ao indica que el libro tuvo xito comercial. En 1555 se public en Amberes una segunda parte. En sta, Lzaro se convierte temporalmente en un pez y tiene una serie de aventuras submarinas. Es un frrago extrao, tan extrao que no puede descartarse la posibilidad de una significacin alegrica. Las dos partes fueron condenadas por el ndice prohibitorio de la Inquisicin de 1559. En 1573, apareci una edicin expurgada bajo el ttulo de Lazarillo de Tormes castigado, con todas las bromas y episodios irreligiosos suprimidos, que fue reimpresa varias veces en los siglos XVI y XVII. El original lo fue tambin muchas veces fuera de Espaa (aunque no volvi a serlo dentro de Espaa hasta el siglo XIX). El libro fue popular en Europa: se tradujo al francs ya desde 1560 y volvi a traducirse tres veces en el siglo siguiente.

Con El Lazarillo empieza el gnero de la novela picaresca de tanto xito en el siglo XVII. Aunque es habitual incluir el LazariIlo de Tormes en el gnero picaresco, el primer personaje literario que fue llamado pcaro por su autor es Guzmn de Alfarache. El auge del pcaro en la novela naci de hecho por la publicacin de la primera parte de Guzmn de Alfarache de Mateo Alemn. La Segunda parte del Guzmn apareci en 1604 (escrita por Mateo Lujn de Saavedra, seudnimo del valenciano Juan Mart), seguida en los cincuenta aos posteriores de gran nmero de obras picarescas que contribuan con sus variantes al tema de la pillera o de la delincuencia. Del Guzmn se hicieron por separado tres traducciones al francs, que llegaron a alcanzar un total de 18 ediciones en el siglo XVII. Tambin se tradujo al alemn, ingls, holands, italiano y latn. Es difcil, desde luego, precisar los lmites del gnero picaresco. Se considera,

hoy, novela picaresca a toda novela que comparta el mismo marco de referencias del Lazarillo o el Guzmn de Alfarache: relato pseudoautobiogrfico, servicio a varios amos, linaje vil y carcter picaresco del protagonista, perspectiva nica del narrador, memorias por episodios, vaivenes de la fortuna y explicacin por el pasado de un estado final de deshonor aceptado o superado.

Es tambin patente, en los ltimos aos, la atencin de los crticos hacia la vertiente sociolgica de la novela picaresca, subrayando que sta pone el acento en tensiones y problemas de la sociedad coetnea, tales como la obsesin de la limpieza y la honra (que han destacado Molho y Bataillon) y las expectativas de ascenso social de unas clases bloqueadas sociolgicamente. Esta interpretacin la defiende particularmente Jos Antonio Maravall. Para este historiador, mientras los criados del Renacimiento, son gente que busca una nueva situacin, una sociedad libre, abierta, mvil, en que se puede salir, los pcaros se dan cuenta de que la sociedad se ha cerrado. El taponamiento de los cauces de ascensin social produce las formas desviadas y semidelincuentes de conducta. Por eso el pcaro se atreve a la mentira, al robo, pero nunca a la rebelda.

1.6. Don Quijote - Miguel de Cervantes

Cervantes naci en Alcal, en 1547. Empez a escribir estando cautivo en Argel, donde compuso obras de teatro para divertir a sus compaeros de cautiverio y algunos poemas. A su regreso a Espaa escribi cierto nrriero de piezas teatrales, de las que slo han sobrevivido dos (La Numancia y El trato de Argel, ambas publicadas en el siglo XVIII). Durante toda su vida continu publicando poesa; la mayora de sus poemas son elogios de libros de otros autores o estn diseminados a travs de sus obras en prosa. El viaje del Parnaso (Madrid, 1614) es un estudio heroico–burlesco del estado de la poesa.

Por orden de publicacin sus obras son: Primera parte de la Galatea (Alcal, 1585); El ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha (Madrid, 1605); Novelas ejemplares (Madrid, 1613); Ocho comedias y ocho entremeses nuevos (Madrid, 1615); Segunda parte de El ingenioso hidalgo D. Quijote de la Mancha (Madrid, 1615); Los trabajos de Persiles y Sigismunda, historia setentrional (Madrid, 1617).

Cervantes no fue un genio precoz. La primera parte del Quijote sali a la luz a sus sesenta aos. Fueron los diez ltimos aos de su vida los de produccin cuantitativamente abundante y cualitativamente genial. La ltima novela de Cervantes, cuya dedicatoria al conde de Lemos la formula tres das antes de su muerte, fue Los trabajos de Persiles y Sigismunda, obra segn el patrn de la novela bizantina que tuvo un enorme xito, comparable al del Quijote, con seis impresiones en su primer ao de publicacin (1617), ya muerto el novelista.

Pero naturalmente la gran obra cervantina fue el Quijote. La primera parte sali publicada en 1605. La segunda en 1615. El xito del Quijote fue inmediato. La obra se reimprimi cinco veces eb 1605.

La fortuna editorial se comprueba por el hecho de la publicacin en 1614 de una segunda parte apcrifa, bajo el nombre de Alonso Fernndez de Avellaneda, con toda probabilidad un seudnimo. Es evidente que el autor no era amigo de Cervantes, a quien critica a incluso insulta en el prlogo. La obra es de inventiva rudimentaria y carece de la chispa de Cervantes.

Hasta el siglo XVIII el Quijote slo fue visto como la obra maestra de la comicidad, sin concienciarse de la trascendencia de la obra. La crtica cambi a partir del siglo XIX. Los romnticos vieron al Quijote como una obra pattica, defensora de ideales aplastados por la chata realidad.

Desde la generacin del 98 los anlisis interpretativos han sido mltiples. Desde los estrictamente filolgicos –los ms interesantes, las observaciones de Riquer sobre los antecedentes y modelos literarios del loco– a los esencialistas hispnicos –como los de Unamuno, que considera la obra la biblia de lo espaol– pasando por los ideolgicos –que inciden en la influencia de Erasmo (Bataillon), en las stiras de las utopas (Maravall) o en los mensajes progresistas (Osterk–– o los raciales –D. Quijote como converso y Sancho como cristiano viejo– (A. Castro).

Hoy los crticos parecen estar de acuerdo en detectar en la obra de Cervantes elementos medievales (sobre todo, el espritu heroico) al lado de componentes modernos, muy ligados al erasmismo. Pero sobre todo se subraya la transcendencia de la coyuntura histrica en la que se inserta.

Aunque el D. Quijote fue muy ledo, Cervantes ejerci una influencia mayor con sus Novelas ejemplares, que naturalizaron la novela italiana en Espaa. As Lope de Vega escribi cuatro novelas. La ms famosa fue La Dorotea, inspirada en La Celestina y de contenido autobiogrfico, en la que cuenta sus errores de juventud con Elena Osorio.

La banalizacin de la novela, a medida que va avanzando el siglo XVII, es un reflejo de la sociedad para la que fue escrita: una sociedad en decadencia que va sumindose en la irresponsabilidad y en la frivolidad, aunque asindose cada vez con ms tenacidad a las apariencias y a las ceremonias sociales, incluido un sentido del honor desprovisto progresivamente de contenido.

1.7. Poesa de siglo XVI - Garcilaso de la Vega

La poesa del siglo XVI es claramente petrarquista. El neoplatonismo influy tambin en los sutiles anlisis interpretativos y en el culto al sentimiento de la naturaleza. La temtica amorosa, imitando la Arcadia de Sannazaro ser constante en el gnero.

En 1543 apareci, impreso por Carles Amors de Barcelona, uno de los ms importantes volmenes de la literatura espaola: las obras de Boscn y algunas de Garcilaso de la Vega repartidas en cuatro libros. El cuarto libro comprende la obra de Garcilaso, cuyos papeles, a su muerte, le fueron confiados a Boscn. El libro, reimpreso con frecuencia, se convirti en el compaero de todo espaol instruido y sensible. Durante aos Boscn y Garcilaso fueron publicados juntos, pero hacia 1570 el deseo de reimprimir a Garcilaso por separado apareci como una necesidad: haba alcanzado ya la categora de un clsico.

Garcilaso de la Vega (1501–1536) conoci en Npoles a humanistas espaoles como Juan de Valds, y a italianos de la talla de Luigi Tansillo y Bernardo Tasso. Miembro admirado de los crculos literarios napolitanos a incluso de otros ms amplios, intercambi cartas de mutua admiracin con Pietro Bembo, el rbitro de la elegancia literaria italiana de aquellos aos.

En las Eglogas se encuentra lo mejor del arte de Garcilaso. Hoy se conoce bien la vinculacin de la poesa garcilasiana con los clsicos greco–latinos e italianos, destacndose en este sentido tres nombres principales: Virgilio, Petrarca y Sannazaro.

La conexin de Garcilaso con la poesa castellana de los cancioneros y con Ausias March es tambin incuestionable. Merece destacarse la importancia del Cancionero General (Valencia, 1511), una compilacin masiva de toda clase de poesa realizada por Hernando del Castillo. La obra alcanz enseguida un claro xito comercial con siete ediciones en el siglo XVI. Se da por lo tanto el caso curioso de que la compilacin potica del siglo XVI inclua solo obras del XV.

La nueva poesa de Garcilaso y Boscn fue aceptada rpidamente por el crculo cortesano, y las ediciones y comentarios que sobre ella hicieron el Brocense (1574) y Herrera (1580) demuestran su pronta difusin. El ms slido oponente a la nueva poesa fue Cristbal de Castillejo, autor de una Represin contra los poetas que escriben en verso italiano.

Otros poetas de la misma filiacin fueron Diego Hurtado de Mendoza, Hernando de Acua y Gutierre de Cetina. Pero los poetas ms brillantes de la segunda mitad del siglo XVI fueron Herrera y Aldana.

1.8. Poesa pica

Otro gnero de enorme proyeccin en la Espaa de la segunda mitad del siglo XVI fue la pica culta, de imitacin italiana. La epopeya se inspir sobre todo en el Orlando furioso (1516) de Ariosto y Jerusaln liberada de Tasso (1580). Este gnero se escribi por lo general en octavas reales con un nmero de cantos que oscilaba de 12 a 24. La obra ms famosa en este gnero es, sin duda, La Araucana de Alonso de Ercilla. Ercilla (1533–1594), noble que luch en la conquista de Chile, tema de la epopeya.

1.9. Literatura espiritual

Con el rtulo de literatura espiritual, Cristbal Cuevas engloba las dos disciplinas clsicas del camino de perfeccin: la asctica y la mstica. La primera busca el dominio de s mismo y la purificacin moral a travs de la ejercitacin del espritu, pudiendo ser positiva –prctica de virtudes– y negativa –ruptura con todo lo que implica un desorden tico.

El misticismo, en sentido estricto, es aquella actitud psquico–religiosa mediante la cual el hombre experimenta una cierta participacin en la vida divina; lo caracterstico de todo misticismo es la experiencia –directa y sin intermediarios– de la Divinidad. En la evolucin cronolgica del misticismo se suelen distinguir cuatro perodos. En primer lugar, un perodo que algunos han llamado de importacin o iniciacin y que comprenda desde los orgenes hasta 1500.

Algunos autores consideran decisiva la influencia de los msticos rabes y judos, cuyo fenmeno fue lentamente absorbido durante siglos de larga convivencia entre las tres culturas. Un estudioso competente como H. Hatzfeld considera que Raimundo Lulio sera el eslabn entre el misticismo musulmn y el cristiano. Otros nos hablan de la infuencia germnica, en cuyos pases haban surgido al final de la Edad Media grandes figuras del misticismo: Eckhart, Tauler, Ruysbroeck, Thomas de Kempis; quiz el Contemptus mundi de este autor (traducido en Zaragoza en 1490) fue el libro ms ledo entre nuestros espirituales del siglo XV y principios del XVI. Sin duda est operando en todas estas influencias la corriente de la devotio moderna, forma de espiritualidad caracterizada por una piedad ntima, ilustrada, metdica y afectiva, que time su origen en los Pases Bajos. Tambin hay que tener presente la influencia de la Patrstica medieval.

El segundo perodo, de 1500 a 1560, se conoce como el de asimilacin y est marcado por la orientacin que en l ejerce la figura del cardenal Cisneros, que estimular la edicin de autores espirituales: La Vita Christi de Eiximenis (Granada, 1496), la obra del mismo ttulo de Ludolfo de Sajonia (Alcal, 1502–1503), el Flos Sanctorum de Jacobo de Vorgine (Toledo, 1511), etc... Los autores representativos de este periodo son Hernando de Zrate, Alonso de Orozco (1500-1591), Francisco de Osuna, Bernardino de Laredo, san Pedro de Alcntara, fray Alonso de Madrid, san Ignacio de Loyola y sus Ejercicios espirituales (1548),–Juan de Avila (1500–1549), con cuyo comentario sobre el Audi, filia (1556).

Segn Sinz Rodrguez, fray Luis de Granada marca la transicin entre este perodo y el siguiente. As entramos en el tercer perodo, de 1560 a 1600, al que el mismo crtico ya citado denomina de aportacin y produccin nacional. Lo caracterstico de este momento es que sus autores no slo hablan de mstica, sino que la practican y llegan a su elaboracin doctrinal ms espaola y original. Su ncleo est formado por los dos santos carmelitas Teresa de Jess y Juan de la Cruz, as como por los discpulos de aqulla.

1.10. La poesa del S. XVII - Gngora, Quevedo y Lope de Vega

La poesa en el siglo XVII tuvo un enorme desarrollo. La nmina de poetas es amplsima. La primera generacin la constituye la nacida hacia 1560 que comienza a escribir en 1580. Es la generacin de Gngora, Lope, los Argensola... La segunda generacin de los nacidos hacia 1580 produce un gran genio, el de Quevedo, pero es sobre todo la generacin de los discpulos de los anteriores (Villamediana, Soto, Esquilache, Medinilla, Jaregui, etc.). La tercera generacin, la de los nacidos hacia 1600, es la de la decadencia.

El trmino de culteranismo fue acuado a principios del siglo XVII y define un estilo de extrema artificiosidad que en la prctica equivale a una latinizacin de la sintaxis y del vocabulario, un use constante de alusiones clsicas y la creacin de una diccin potica distintiva lo ms alejada posible del lenguaje diario. Herrera desempe un papel importante en este desarrollo. Los poetas cultos o culteranos del siglo XVII fueron, sin embargo, mucho ms a11 que Herrera y escribieron en un estilo de dificultad deliberada con el fin de excluir a la generalidad de los lectores. Gngora se enorgulleca de resultar oscuro a los no iniciados, tal como escriba en una carta a un corresponsal desconocido, en 1613 1614, en respuesta a un ataque a sus Soledades: Dems gue honra me ha acusado de hacerme oscuro a los ignorantes, que sa es la distincin de los hombres doctos, hablar de manera que a ellos les parezca griego. Esta opinin, de hecho, la haba defendido Luis Carrillo de Sotomayor en su Libro de la erudicin potica (1611). El estilo culterano suscit gran polmica en su tiempo. Lope de Vega atac a Gngora y sus imitadores, a la vez qu Gngora critic mordazmente su llaneza. La crtica ms dura la representa Juregui: su Discurso potico ha sido considerado por algunos como el manifiesto del conceptismo por oponer el concepto ingenioso al sonido estupendo, y representa desde luego un diagnstico en el que se critican las demasas del nuevo estilo, lejos de la llaneza.

El primer poeta conceptista en Espaa sera Alonso de Ledesma, aunque su figura ms representativa fue Quevedo. La poesa de Quevedo tiene mltiples vertientes: la patritico–moral, en la que puede expresar la desilusin barroca del paso por la vida y el triste destino de Espaa; la satrica y jocosa, fustigando los peligros de la ciudad, las costumbres femeninas, la ambicin de poder, etc, destacando sus romances en jerga de germana, voluntariamente grotescos y la amorosa, continuando el modelo petrarquista, con singular delicadeza y ternura. Las obras completas de Quevedo no se publicaron hasta despus de su muerte, con el ttulo de Las musas castellanas del Parnaso espaol divididas en nueve musas castellanas.

Por su parte, Gngora quiso editar su obra a instancias del Conde–Duque en 1623, pero muri sin verla publicada. Slo algunos poemas quedaron impresos en libros de justas, romanceros, florilegios o dedicatorias. Cont con una popularidad evidente, gracias a la trasmisin oral de sus letrillas y romances. Y sus poemas mayores fueron copiados profusamente, constituyendo un caso tpico de poeta bien conocido, a pesar de la escasez de impresin de sus obras. Es el nico poeta lrico espaol cuyas obras manuscritas se explotan mercantilmente por los libreros. La abundancia de manuscritos y su pareja disposicin hacen pensar en la existencia de un taller especializado en copiar los textos de don Luis.

La primera edicin de las obras de Gngora fue publicada por Lope de Vicua en 1627. De su xito nos dan idea los mltiples Comentarios que suscit en su tiempo (los ms famosos los de Garca de Salbedo Coronel y Jos Pellicer).

Se ha tendido a establecer dos etapas en la evolucin potica de Gngora, de la sencillez a la oscuridad. Hoy, Dmaso Alonso, su mejor conocedor, seala la fecha de 1610 como el hito de una evidente intensificacin estilstica, aunque de modo alguno pueden contraponerse dos estilos diferentes de Gngora. El Gngora ms sencillo es el de las composiciones amorosas, romances, letrillas o villancicos. Dos temas destacan en su poesa: lo efmero y mudable de los asuntos humanos y la permanencia y belleza de la naturaleza. A lo largo de su vida altern lo serio con lo burlesco, mezclando la erudicin clsica con materiales propios de carnaval.

La mxima expresin del culteranismo gongorino se alcanza con la Fbula de Polifemo y Galatea y las Soledades (la primera escrita, como el Polifemo, en 1613; la segunda, nunca completada). En el Polifemo se observan fuentes grecolatinas, italianas y espaolas (Garcilaso y Herrera, especialmente). Asimismo son patentes ciertas analogas entre las Soledades y la Arcadia de Sannazaro.

Entre los poetas gongorinos merece mencin especial sor Juana Ins de la Cruz, monja mexicana, cuyas obras se publicaron en Espaa en vida de la autora. Su obra ms famosa es el Sueo, lleno de felices alegoras.

Aunque de Lope hablaremos en detalle al referirnos al teatro, digamos ahora que tambin fue un poeta notable. La variedad de su poesa es grande. Escribi varias epopeyas (La Dragontea, 1588; La hermosura de Anglica, 1602; Jerusaln conquistado, 1627), as como otros largos poemas (Corona trgica, 1627; La Circe, 1624, Isidro, 1599). Adems public varios volmenes de poemas cortos. Su imaginacin nunca dej de crear romances, as como poemas lricos en sus obras de teatro. Numerosos romances de los que se sabe que son de Lope aparecen en el Romancero General (Madrid, 1600).


1.11. La comedia o teatro nacional espaol

El teatro constituye uno de los gneros ms sobresalientes de la literatura espaola del Siglo de Oro porque quizs fue el que goz de una mayor proyeccin social.

El iniciador y padre del teatro renacentista espaol fue Juan del Encina. Si Encina fue un poeta hbil, Gil Vicente fue el ms sensible y delicado de todos los poetas dramticos del Siglo de Oro y se le ha descrito como el mejor dramaturgo europeo anterior a Shakespeare. Su condicin de precursor del auto sacramental en Espaa parece indiscutible. Por otra parte, merecen destacarse sus comedias sentimentales, entre las que sobresalen Don Duardos y Amads de Gaula.

Bartolom Torres Naharro (1485–1520) escribi la mayor parte de sus obras en Italia. Terico, adems de escritor, Torres Naharro dej sus reflexiones sobre el teatro en el proemio de la Propalladia. Muestra una gran independencia de criterio y, aunque parte de los preceptor de los antiguos, los abandona pronto para expresar su opinin personal. Su definicin de la comedia la concreta as: no es otra cosa sino un artificio ingenioso de notables y finalmente alegres acontecimientos, por personas disputado. Torres Naharro hizo avanzar el teatro y lo enriqueci con sus propias contribuciones: fue el creador del introito, monlogo nico separado del cuerpo de la obra y recitado por un pastor en dialecto, que, unido al argumento, lleg a ser la forma de prlogo dominante en la primera mitad del siglo XVII; desarroll la comedia en cinco actos, que llam jornadas; ampli la galera de personajes; pero sobre todo tiene el mrito de haber hallado la frmula de la comedia espaola en un primer intento que cristalizar en el siglo XVII con la produccin de Lope de Vega.

En la segunda mitad del siglo XVI brillar con luz propia el sevillano Lope de Rueda (1509–1565), que no slo fue un importante dramaturgo, sino uno de los mejores actores y directores escnicos profesionales de Espaa. Rueda y su compaa recorrieron el pas con actuaciones mltiples, ya en los comedores de palacio de la nobleza, ya en los escenarios ms o menos improvisados. Cervantes nos hizo una excelente relacin de sus actividades en el prlogo de Ocho comedias y ocho entremeses nuevos. Rueda comenz a representar hacia 1540 y a l se debe en buena medida el establecimiento del teatro profesional en Espaa. Busc nuevos temas en el drama italiano contemporneo.

El editor pstumo de Rueda, Juan de Timoneda, es bien conocido por su Patrauelo, serie de consejas, pero fue tambin un excelente dramaturgo con obras como el Temario espiritual (1558), Amphitrion, Los menemnos, Cornelia (1559) y el Temario sacramental (1575).

De 1575, aproximadamente, a 1587 ocurre la llegada masiva de las compaas italianas a la Pennsula, lo que significa el triunfo de la comedia del arte, el desarroIlo urbano del teatro, su comercializacin en teatros de manera estable y la tecnificacin de la puesta en escena. Durante el perodo siguiente, 1587 a 1620 aproximadamente, se da el momento de esplendor de los corrales y la nacionalizacin de las compaas. Durante los aos siguientes, hasta mediados de siglo, junto al teatro de corrales se desarrollan, sobre todo en representaciones pblicas, tcnicas cada vez ms sofisticadas y complejas, con las que se representan obras que han derivado hacia el enredo puro, por una parte, o hacia la densidad y la profundidad temtica de parte del teatro calderoniano, por otra. El teatro del siglo XVII tendr an larga vida en la centuria siguiente, por lo menos en el favor del pblico, cuando ya la creacin de obras nuevas y realmente valiosas languidezca.

Con la llegada de las compaas italianas se produce el trnsito de un teatro itinerante a otro urbano fijo, con innovaciones tales como el enriquecimiento de la puesta en escena, la modificacin del calendario (aumentando los das de representacin), los toldos de los corrales, posiblemente la presencia de la mujer actriz en escena, la aparicin de las figuras cmicas y quiz del mismo gracioso, etctera.

En 1607 la corte abandona el rgido escenario de los salones del Alczar. A partir de 1622 los monarcas impulsan la construccin de coliseos en los Reales Sitios –El Buen Retiro, Aranjuez– que imitan primero y desarrollan despus la estructura de los corrales de comedias. Al menos a partir de 1600, por otra parte, la aficin se extendi a zonas rurales, a donde llegaban aprovechando ferias y fiestas las giras de las compaas.

Los corrales de comedias fueron inicialmente los patios interiores de alguna manzana de casas, en donde se montaba un escenario simple y se habilitaban para los espectadores tanto el espacio descubierto restante del patio como las habitaciones (palcos) que daban a l.

La representacin teatral fue al comienzo un ingrediente festivo ms del da feriado, pero segn consegua el favor del pblico, y el beneficio econmico, fue ocupando los das laborables –manes y jueves– al comienzo, hasta llegar a la representacin diaria. Los corrales se cerraban los Mircoles de Ceniza y se abran despus de Pascua; las mejores pocas, al decir de los arrendatarios, eran las del Corpus y el otoo. Las representaciones solan comenzar a las dos o las tres de la tarde en invierno y hacia las tres o las cuatro en verano. Duraban entre dos horas y media y tres horas, pero tenan que concluir –por razones morales y de polica– antes del anochecer. El teatro se llenaba bastante antes de la hora de comienzo. Una obra duraba en cartel uno o dos das; como cosa excepcional, se mantena hasta cuatro o cinco. Esto es importante, porque permite suponer un pblico bastante fijo, que exiga constantemente la renovacin del espectculo.

El gran genio del teatro espaol es Lope de Vega. En su larga carrera dramtica, que puede considerarse iniciada en serio en la penltima dcada del siglo XVI y que se prolonga hasta muy poco antes de su muerte en 1635, Lope compuso un nmero sorprendentemente elevado de obras.

La temtica de la obra de Lope es muy diversa. En su produccin el grupo ms numeroso pertenece al gnero de las comedias amorosas llamadas de capa y espada.

Las tres comedias ms representativas del teatro de Lope son: El mejor alcalde, Еl Rey, Peribez y Fuenteovejuna.

El nmero de dramaturgos que escribieron sus obras bajo la influencia de la comedia nueva de Lope fue muy considerable. Valencia fue uno de los grandes centros de esta comedia en expansin, y a finales del siglo XVI y comienzos del XVII floreci la escuela teatral valenciana, que dio, entre otras, dos figuras de dramaturgos menores pero bien dotados, Gaspar de Aguilar y el doctor Francisco Trrega, que fue cannigo de la catedral de Valencia. Pero el mejor de los autores valencianos, y uno de los de ms talento de entre los de la generacin y la escuela de Lope, fue Guilln de Castro y Bellvs. En la rbita de Lope destacan finalmente dramaturgos como Prez de Montalbn, Vlez de Guevara, Mira de Amescua y, sobre todo, Ruiz de Alarcn.

Tirso de Molina es conocido sobre todo por dos obras verdaderamente magistrales, El Burlador de Sevilla y El condenado por desconfiado, aunque parte de la crtica ha negado que ambas fueran suyas.

El Burlador de Sevilla es la principal fuente de una tradicin literaria internacional, la del mito de don Juan, a la que pertenecen numerosas obras de gran altura, a menudo extraordinarias, desde la Espaa del siglo XVII hasta la Inglaterra de nuestros das. En efecto, con la figura de don Juan cre Tirso en El Burlador de Sevilla el carcter literario que ha tenido mayor resonancia en la literatura universal, pues desde entonces no ha habido pueblo ni poca en la. que no se tratara de darle una nueva forma y expresin a este carcter. En Espaa reaparece el personaje en el siglo XVIII en la comedia No hay plazo que no se cumpla ni deuda que no se pague o El convidado de piedra, de Antonio Zamora; y en el siglo XIX en Don Juan Tenorio (1844), de Jos Zorrilla. Con la particularidad de que estas tres comedias espaolas sobre el mismo personaje resolvieron de una manera distinta el problema teolgico, pues mientras Tirso condena al burlador y Zorrilla lo salva, redimido por el amor de Doa Ins, Zamora deja incierto su destino.

La influencia del tema y del carcter de Don Juan fue extraordinaria en el siglo XIX con el modernismo y el postmodernismo, en el que fue tratado por los principales escritores (Unamuno, Maeztu, Jacinto Grau, Azorn, etc.) en la novela, el ensayo y el teatro.

En las literaturas extranjeras fue tambin notable su influjo tanto en el drama como en los otros gneros literarios. En el drama y poesa merecen destacarse por su inters: en Francia, Le festin de Pierre, de Molire (1622–1673), el Don Juan puesto en verso por Toms Corneille (16251709), y Don Juan de Maara de Alejandro Dumas (1802–1870), padre; en Inglaterra, Don Juan de lord Byron (1788–1824); en Italia, El disoluto de Goldoni (1707–1793) y el libreto de Da Ponte utilizado por Mozart (1756–1793) en su pera Don Giovanni; en Portugal, el poema La muerte de Don Juan (1874), de Guerra Junqueiro (1850–1923); y ms modernamente, Bernard Shaw con su Don Juan en el infierno.

El transfondo intelectual de El condenado por desconfiado fue una acalorada y sutil polmica teolgica, conocida con el nombre de la controversia De auxiliis, que sostuvieron los molinistas (los jesuitas seguidores de Luis de Molina) contra los baecianos (los dominicos seguidores de Domingo Bez) sobre la naturaleza de la gracia divina, los medios en que puede ayudar al hombre a la salvacin y el grado en que los hombres pueden con su libre albedro cooperar con Dios para conseguir salvarse.

Caldern de la Barca representa la culminacin del desarrollo del teatro barroco protagonizando un cambio en las condiciones escnicas comparable al ocurrido con Lope de Vega. Las tramoyas, mquinas, msica, etctera, adquieren un desarrollo espectacular. Uno de los aspectos fundamentales es la integracin de la msica en el conjunto de las obras, donde es fundamental la influencia de la tradicin italiana, que se manifiesta, por ejemplo, en la alternancia de canto y recitativo.

A su muerte, Caldern deja cerca de ochenta autos sacramentales, ms de ciento veinte comedias y numerosos entremeses, aparte de textos ocasionales, como aprobaciones o poesas sueltas. Los temas bsicos de los autos calderonianos fueron la peripecia de Cristo hecho hombre, triunfando de la muerte, y la del hombre doliente, que busca remedio a sus culpas por la gracia y por la penitencia.

1.12. La prosa de ideas - Quevedo y Gracin

Sus mejores representantes fueron Quevedo y Gracin. El pensamiento de Quevedo evoluciona desde sus primeras obras (Los Sueos) a las ltimas (La hora de todos), de la intencin satrica a la mayor abstraccin moral. En Los Sueos es bien patente su propsito de rebajar valores de la vida humana, presentando todas sus imperfecciones y defectos. La obra despert los recelos de los censores, que vieron con disgusto la mezcla de cosas sagradas y grotescas, y exigieron del autor que sustituyera los nombres sacro–cristianos por otros pagano–mitolgicos. Quevedo quera publicar sus Sueos en 1610; pero el censor dictamin en contra de su publicacin, considerando irreverentes algunas de las citas que haba en ellos de las Sagradas Escrituras. Tras un cierto forcejeo, la censura aprob finalmente su publicacin en 1612, y entonces aparecieron sendas ediciones en los reinos que componan la Corona de Aragn (Aragn, Catalua y Valencia). En Castilla no se publicaron, sin embargo, hasta quince aos ms tarde, en 1627, por el tiempo en que se vio metido en la apasionada polmica por el patronazgo nico de Santiago. Esta obra alcanz gran divulgacin y renombre; pero Quevedo, presionado por el Santo Oficio, tuvo que hacer una edicin expurgada de Los Sueos (Madrid, 1631), en que stos cambiaron el ttulo y adems iban acompaados de otros trabajos. Esta edicin llevaba el ttulo de Juguetes de la niez.

En La Poltica de Dios y Gobierno de Cristo, la obra que en vida del autor tuvo ms ediciones, formula Quevedo su ideario poltico, defendiendo la doctrina de que tanto el Estado como el individuo deben someterse en su conducta a las normas morales.

En fantasas morales como El entremetodo, la duea y el sopln y, sobre todo, La hora de la locura, Quevedo acenta los elementos monstruosos y deformes de su arte convirtiendo la burla en violenta caricatura.

La prosa de ideas alcanza su mejor expresin en el moralismo escptico de Baltasar Gracin. Gracin tuvo problemas con la censura. Cuando empez a publicar lo hizo bajo el seudnimo de Lorenzo Gracin y sin permiso de sus superiores. Le fue tolerado, incluso cuando public de la misma manera El poltico D. Fernando el Catlico (Zaragoza, 1640); Arte de ingenio (Madrid, 1642) y su versin revisada con nuevo ttulo Agudeza y arte de ingenio (Huesca, 1647). Sin embargo, cuando a despecho de las advertencias public las tres partes de El criticn (Zaragoza, 1651; Huesca, 1653; Madrid, 1667) sin permiso y bajo el antiguo seudnimo –aunque, quizs con la esperanza de ablandar a sus superiores, tuvo el cuidado de someter a su aprobacin su obra devota El comulgatorio antes de ser publicada en 1655 (Zaragoza)–, fue reprendido severamente, privado de su ctedra de Escritura y enviado a cumplir penitencia a Graus en 1658. Aunque su posterior traslado a Tarazona signific cierta rehabilitacin, su disgusto fue tal que intent abandonar la orden. Le fue negado el permiso y muri en diciembre de 1658.

Las obras de Gracin estn presentes en Europa desde muy pronto. Apenas se publican en el siglo XVII, empiezan a traducirse y poco a poco van apareciendo en todas las lenguas del continente. En la vanguardia de esas traducciones aparece Francia, donde ya en 1645 se public una traduccin de El Hroe; ms tarde, en 1684, se public en Pars con el ttulo de LHomme de coeur, una traduccin del Orculo manual y arte de prudencia. A partir de ah Gracin va a ser conocido en Inglaterra, Italia y Alemania, hasta convertirse hoy –despus de Cervantes y Galds– en uno de los tres escritores espaoles ms ledos y traducidos de todo el mundo.

2. Categora de axiologia

2.1. Nocin y despliegue de axiologia

Axiologia, llamada tambin teora de los valores (de axios, valor), abarca, por una parte, el conjunto de ciencias normativas y, por otra, la crtica a la nocin de valor en general. Por eso, lo que primariamente nos interesa es saber qu es el valor.

Subjetivamente el valor es el carcter que reviste una cosa al ser ms o menos apreciada. Objetivamente es el carcter de las cosas que merecen mayor o menor aprecio o que satisfacen cierto fin. El primer uso tcnico de la nocin de valor proviene de la economa poltica y de ella ha pasado sobre todo por influjo de Nietzsche al lenguaje filosfico, concretamente a la axiologa. Estudiaremos temticamente el despliegue de la axiologa.

Los precursores: tensin entre subjetivismo y objetivismo axiolgicos. La axiologa se despliega propiamente en el siglo XIX. Mas no por eso dej de ser antes preocupacin de los filsofos el problema del valor. Se suele mencionar a Protgoras, Platn, S. Agustn, S. Toms, Hume, Kant, como testimonios de ello. Pero la distincin entre ser y valer, por una parte, y la captacin del valor por el sentimiento, por otra, fueron las tesis que marcaron el hito de la axiologa como escuela filosfica moderna. Los verdaderos precursores de la axiologa, en el sentido apuntado, han sido Lotze, Nietzsche y Brentano.

K. H. Lotze sostiene que junto al mecanicismo se da una finalidad, la cual utiliza las causas mecnicas como instrumentos hacia una configuracin superior de sentido. Su postura objetivista y antikantiana le lleva a empalmar con Platn, admitiendo que a los valores de la conciencia moral les compete un valer objetivo, independiente de la experiencia, como imperativos ticos. Los valores, al igual que las verdades eternas platnicas, necesitan determinantes empricos externos para que se hagan conscientes a nuestro espritu. Pero su existencia no es debida a la experiencia, ni a la costumbre, sino que figuran como contenidos de razn. La metafsica comienza en la tica: «Los valores no son, sino que valen».

F. Nietzsche ensea el valor preferente de los impulsos vitales sobre la razn, as como la subversin de todos los valores y el culto del individuo de gran estilo (superhombre). Lo bueno es lo noble: lo que cuadra al carcter y a la raza del superhombre. Lo malo es todo lo que est a tono con el esclavo y el dbil. Slo aquel que es creador sabe lo que es el bien y el mal, puesto que hace creadoramente que lo uno sea bueno y lo otro malo. La historia es una dinmica de creacin y aniquilamiento de valores. Tres son los puntos fundamentales de su axiologa: primaca del valor sobre cualquier otra nocin; origen del valor en la voluntad de poder; vigencia de la tabla de valoresestabilizada al ser transmutados todos los valores para todo hombre. Pero es la figura decisiva de F. Brentano la que ms influira en la formacin de la axiologa. La intencionalidad de la conciencia le permite pasar del examen de la vivencia al objeto al cual esa vivencia se refiere. A partir de aqu descubre normas objetivas para el conocimiento y la voluntad. Clasifica las funciones psquicas en «representacin, juicio y sentimiento». La representacin es objeto del juicio y del sentimiento. El juicio discierne la verdad. El sentimiento estima el valor. El valor se refiere al sentimiento del mismo modo que la verdad al juicio. Los valores se fundan slo en el acto valorativo; el cual no es un proceso racional, sino emocional. El amor posee una peculiar inmediatez de evidencia como criterio acertado. De aqu arrancaran las teoras de Meinong y Ehrenfels.

La axiologia de A. Meinong es subjetivista: para l, una cosa tiene valor cuando nos agrada y en la medida en que nos agrada. Es necesario partir de la valoracin como hecho psquico; tal hecho es siempre un sentimiento, el cual lleva a su vez implcito un juicio de existencia. En toda valoracin se produce un estado de placer o de dolor, basado en el juicio existencial. Aunque el valor es puramente subjetivo, mantiene, no obstante, una referencia al objeto a travs del juicio existencial. Un objeto tiene valor en tanto posee la capacidad de suministrar una base efectiva a un sentimiento de valor. Posteriormente, hizo menos radical este subjetivismo: un objeto tiene valor en cuanto un sujeto tiene o debe tener algn inters por l. Meignon admite por su teora del objeto ideal la objetividad de algo irreal, como el valor, que es independiente del sentimiento que un sujeto puede tener acerca de l. Incluso llega a afirmar la relacin del valer con el ser. El valor de un objeto no puede depender de que se lo desee o apetezca: se desea lo que no se posee, pero se valora nicamente lo existente posedo. Aunque valoramos tambin lo inexistente, al valorarlo slo afirmamos que si el objeto llegase a existir nos producira un sentimiento de agrado. Por tanto, hay un valor actual que tiene presente al objeto que provoca el agrado y un valor potencial que tiene ausente ese mismo objeto. As, pues, el valor de un objeto consiste en la capacidad para determinar el sentimiento del sujeto, exista o no exista an tal objeto. Pero el fundamento ltimo del valor es el sentimiento de agrado.

La postura de C. Ehrenfels es una respuesta a la de Meignon. El valor de una cosa reside exclusivamente en el deseo que despierta; por tanto, el valor se identifica con la apetibilidad. Entonces, la medida o patrn del valor es la intensidad del deseo. El valor es la relacin entre el objeto y el sujeto; en virtud de tal relacin conocemos que el sujeto desea efectivamente al objeto, o por lo menos que el sujeto puede desearlo en caso de que est convencido de la noexistencia del objeto. Es decir, una cosa es valiosa no slo cuando es capaz de producir un sentimiento de agrado, pues en ese caso seran valiosas slo las cosas existentes. Valoramos tambin lo que no existe como la justicia y la bondad perfectas. Por tanto, el fundamento del valor no se encuentra en el sentimiento de placer o agrado como sostiene Meignon, sino en el apetito o deseo: las cosas son valiosas porque de no existir o de no poseerlas, las desearamos. Cuando hay una representacin fuerte y completa del ser del objeto, entonces la relacin sujeto - objeto despierta en nosotros un estado sentimental ms intenso que la representacin de la noexistencia de ese mismo objeto. Valor es siempre la relacin entre un objeto y la disposicin de apetencia de un sujeto.


2.2. El subjetivismo axiolgico

Se trata de la negacin del carcter absoluto del valor, como independiente del sujeto. Esta postura se despliega sobre todo en Europa a partir de bajo el signo de relativismo histrico: la historia es la fuerza productiva que engendra los valores con los que se mide el significado de hombres y pocas. Tambin G. Simmel se pronuncia en el sentido de Dilthey: el valor nunca es una entidad objetiva, pues su objetividad resulta de la correlacin entre sujeto y objeto. Los valores absolutos son los que los hombres reconocen como tales en determinadas condiciones. No muy lejos de esta postura se halla el relativismo sociolgico de A. Vierkandt.

Tambin aparece esta postura como relativismo monistanaturalista en W.Ostwald. La realidad es la energa, entendida sta como una verdadera causa y como constante ontolgica que continuamente se modifica. Las realidades particulares son modos de energa, la cual es siempre constante. La energa es un valor. Esta teora, conocida con el nombre de energetismo ensea el imperativo energtico: no desperdiciar la energa libre que disminuye constantemente, sino aprovecharla. Slo es valioso lo que contribuye a ese aprovechamiento. El mximo valor consistir en el mximo aprovechamiento de energa.

Tambin H. Aifinsterberg profesa el relativismo. La filosofa se basa en un acto voluntario fundamental que afirma la existencia del mundo. Este acto afirmativo es el fundamento de un sistema de valores. Los valores son el resultado de una accin libre de afirmacin, pero que se establecen independientemente organizados en una jerarqua. El valor puede originarse o bien de la vida espontnea o bien de la vida consciente. En ltimo anlisis, todos los valores se resuelven en una unidad suprema: el mundo como producto de una voluntad de valores. Pero quiz las formas ms radicales de subjetivismo se han dado en el mbito anglosajn. Cuando ya pareca que el subjetivismo haba sido completamente superado en el mbito europeo, floreca en los crculos filosficos anglosajones. Esto fue debido a que el idealismo de corte germnico de un Bradley o de un Royce jams lleg a cuajar definitivamente. Era demasiado intensa la influencia de la tradicin empirista y nominalista de Ockham, Bacon, Hume, Mill, para que el idealismo pudiera establecerse tranquilamente. Surge entonces el neopositivismo con una fuerte afirmacin de pragmatismo. R. B. Perry, Wittgenstein, R. Camap, A. Ayer y B. Russell encabezarn este movimiento.

R. B. Perry rechaz acertadamente la tesis idealista, pero sostuvo la teora extrema del subjetivismo axiolgico: el fundamento del valor es el sujeto que valora. Hay una relacin estrecha entre el valor y el inters, de modo que un objeto adquiere valor cuando se le presta inters. Los objetos, dice, no tienen previamente una determinada cualidad para ser valiosos; ni tampoco existen nicamente intereses especiales que confieran valor al objeto: cualquier inters otorga valor al objeto. Se puede establecer la siguiente ecuacin: x es valioso=se ha tomado inters en x. El inters expresa una actitud compleja de todo ser vivo de estar a favor o en contra de ciertas cosas. Inters es el deseo, el agrado, la voluntad, el propsito, la aversin, etc. Por tanto, son marginadas en esta teora las cualidades del objeto que despiertan en nosotros el agrado o el desagrado. El silencio del desierto carece de valor hasta el momento que algn viajero lo encuentra desolado y aterrador; lo mismo sucede con la catarata hasta que una sensibilidad humana la encuentra sublime.

Otra forma de subjetivismo axiolgico, aunque no coincidente con el anterior, es la del empirismo lgico. El Tractatus LogicoPhilosophicus de Wingenstein puede tomarse como punto de partida (1921) del empirism lgico.

Un primer ncleo de este movimiento qued constituido en el Crculo de Viena, encabezado por Moritz Schlick. El Crculo de Viena se propuso unificar las ciencias, incluida la filosofa, partiendo del mtodo lgico de anlisis, el cual permitira eliminar problemas metafsicos y afirmaciones carentes de significacin; este mtodo servira para aclarar los conceptos y las proposiciones de las ciencias empricas, cuyo contenido es lo observable de modo inmediato.

Las expresiones metafsicas, afirman, tienen un trasfondo sentimental, careciendo de rango cientfico. Los predicados bueno, bello, justo, etc., como valores, no tienen funcin simblica como la tienen los predicados rojo, fro, idiota, etc., sino que sirven slo como signos emotivos o expresiones de nuestra actitud hacia algo. Cuando decimos bueno no afirmamos nada del objeto, pero manifestamos nuestro estado sentimental. Y no es que nuestro deseo o agrado confiera valor al objeto como crea Meignon, sino que cometemos un error creyendo que hablamos de un objeto, cuando en realidad hablamos de un estado sentimental. Para R. Carnap (v.), p. ej., los juicios de valor son disfraces de imperativos o normas. Entre el juicio de valor «robar es malo» y el imperativo «no robes» slo hay diferencia de formulacin, mas no de contenido. Pero, por. otra parte, la norma o imperativo no afirma nada, sino que expresa un deseo; por tanto, es intil agotar argumentos para probar su verdad o falsedad: tanto el juicio de valor como el imperativo o norma no son ni verdaderos ni falsos. La axiologa, como ciencia, jams podr constituirse sobre tan efmera base, pues sus juicios no son verificables, careciendo as de significado.

Parecida postura mantiene Ayer. Ahora bien, un sentimiento puede ser expresado o afirmado; no es lo mismo afirmar que expresar un sentimiento. As, la enunciacin de un juicio tico no es afirmacin, sino expresin de un sentimiento, lo cual, a su vez, ni es verdadera ni falsa. El subjetivismo desconoce esta distincin, ya que el juicio de valor no sera ms que la afirmacin de la existencia de un sentimiento. Pero en tal caso el juicio es verdadero o falso: o es cierto o no que el sujeto tiene el sentimiento que afirma. Decir que una cosa es buena o correcta no equivale a decir que merece la aprobacin general, ya que se aprueban muchas acciones malas o incorrectas. El hombre que aprueba lo malo no se contradice. Entonces, si un juicio de valor no implica una proposicin o afirmacin jams habr proposiciones axiolgicas contradictorias. nicamente cabe la posibilidad de juicios de valor si previamente admitimos todos una tabla de valores. Con arreglo a esa tabla se podr discutir ulteriormente si un hecho encaja o no en su mbito. Pero quien no est de acuerdo con nuestra tabla de valores jams podr ser convencido de la verdad o falsedad de su postura. Al no poderse determinar la falsedad o verdad de los juicios de valor ya que no afirman nada, debemos concluir que no significan nada. La tica no tiene posibilidad alguna. Slo la Psicologa estudiar las reacciones y sentimientos que tales juicios expresan o provocan.

En esto coincide con Ayer B. Russell, ya que la cuestin de los valores est fuera del dominio del conocimiento, siendo adems mera expresin de nuestros sentimientos. La idea de lo bueno y de lo malo est conectada siempre al deseo (bueno=deseado; malo=evitado). La tica quiere dar significacin universal a ciertos deseos personales. Ahora bien, decir «esto es bueno» no es lo mismo que decir «esto es cuadrado». Con el predicado «bueno» se enuncia slo un deseo; mientras que con el predicado «cuadrado» se enuncia algo objetivo. Jams podr discutirse sobre la verdad o la falsedad del predicado «bueno». Russell (v.) afirma expresamente que su doctrina es una forma de la subjetividad de los valores. Para l no es posible encontrar argumentos para probar que algo tenga un valor intrnseco. No obstante, parece contradecirse en su postura, cuando afirma que nuestra vida tiene que guiarse por grandes deseos impersonales y .generosos. Pero esto es ya postular una escala objetiva de valores, de modo que el hombre tiene que obrar por razn de los ms altos jerrquicamente.

2.3. El objetivismo axiolgico

Al despertar el idealismo en el s. xix bajo la forma de kantismo surgieron principalmente dos escuelas fieles al espritu de Kant: la escuela logicista de Marburgo y la escuela axiolgica de Baden. Esta ltima, representada por W. Windelband y H. Ricicert, impuls notablemente el estudio del valor.

W. Windelband depende tambin de Lotze. Partiendo del mtodo trascendental kantiano, sostiene que la filosofa consiste en el anlisis de las condiciones lgicas del conocimiento y de la volicin. Es, por tanto, conceptualista, negando la existencia de la intuicin intelectual: el entendimiento es slo una facultad de sntesis, al construir el todo a base de sus partes. Con esto aboca al idealismo gnoseolgico, haciendo consistir el conocimiento en una creacin del objeto y no en una captacin del mismo. A pesar de su idealismo, no es totalmente racionalista, y reconoce la presencia de un elemento irracional en la realidad: el fundamento del ser objetivo no son las leyes lgicas como en la Escuela de Marburgo, sino las leyes axiolgicas. Ahora bien, ms all de la «conciencia en general» no hay nada. Cmo son entonces verdaderos y objetivos los juicios basados en realidades inmanentes? En tales juicios se da la presencia de valores trascendentales, los cuales no hacen referencia al ser, sino al deberser. El juicio es verdadero cuando corresponde a un deberser trascendental. Los valores figuran como el fundamento del ser, y son independientes de la razn y de la conciencia: se imponen. Por eso, los valores no son relativos, puesto que su validez es absoluta. El valor aparece a la conciencia en la forma de un objeto eterno, al que no corresponde realidad alguna en nuestra conciencia. La filosofa es, as, «ciencia crtica de los valores universales». Estas leyes inmanentes, inmutables y eternas, no existen, sino que valen, y son de tres clases: valores de verdad (en el pensamiento), valores morales (en el querer y obrar) y valores estticos (en el sentimiento).

H. Rickert sigue la lnea trazada por Windelband: el valor no pertenece a la esfera del sujeto, sino a la del objeto. Ahora bien, este objeto no tiene realidad, como la tiene el objeto de una experiencia sensible, sino que constituye un «tercer reino». Es decir, entre el reino de la realidad y el de los valores no es posible una relacin si no es a travs de una esfera diferente de ambas. Ese «tercer reino» est constituido por relaciones, llamadas por Rickert «formaciones de sentido» (Sinngebilde). La cultura es el reino, de las formaciones de sentido.

Alejado del kantismo, el objetivismo axiolgico ha tenido sus representantes ms destacados en el crculo de la Fenomenologa. Siguiendo el mtodo fenomenolgico de Husserl, Max Scheler dio el mejor impulso a la a. en su obra El formalismo en la tica y la tica material de los valores. Scheler est de acuerdo con Kant al rechazar la «tica de bienes», pero esto no tiene que llevar a una aceptacin de la «tica del imperativo categrico». Hay que distinguir entre bienes y valores. As como podemos hablar del eidos o esencia del, color rojo, sin tener en cuenta que exista o no fcticamente en una cosa roja, tambin hay valores como esencias, prescindiendo de que existan o no bienes portadores de tales valores. El hombre puede intuir la esencia de un valor, el cual es independiente de su realizacin fctica en la forma de bienes (o «cosas valiosas»). La intuicin de los valores es independiente de la empira. La tica no puede suponer bienes o cosas (en esto da la razn a Kant), mas tambin tiene que basarse en un contenido determinado (con lo cual se hace material y se enfrenta a la tica de Kant). Adems la jerarqua de los valores es a priori y en esto concuerda con Kant; pero las leyes esenciales que regulan las relaciones entre valores no son de ndole formal o indeterminadas en su contenido. Por tanto, se precisa una tica material. Es decir, Kant confundi lo a priori con lo formal; para Scheler esto es imperdonable. Mas Kant cometi un segundo error: confundi lo a priori con lo racional. En verdad, los valores no son captados por la razn, sino por el sentimiento. La razn capta las esencias significativas lgicas. En el querer se establece una relacin con el mundo concreto; pero el sentimiento nos abre a las esencias algicas o valores sin ser una experiencia emprica. Para Scheler, todo acto que realiza un valor debe ser definido precisamente como manifestacin de una persona. El verdadero soporte de los valores morales es la persona humana y slo ella puede ser buena o mala. De ah el personalismo de la a. scheleriana.

Nicolai Hartmann sigue una lnea paralela a la de Scheler. Pero considera nicamente la persona individual, rechazando el concepto de persona colectiva o divina: hay que sacrificar la relacin a la tica, ya que la dignidad de la persona humana consiste en transformar el deberser (axiolgico) y deberobrar (ontolgico). Los valores morales constituyen un reino axiolgico independiente: la persona humana es mediadora entre el orden de los valores y el de la realidad. Los valores son como afirma tambin Scheler esencias irracionales, estando la norma y el deber fundados en el ser independiente de los valores. No hay una prioridad del deber respecto de los valores, sino que el valor precede al deber y lo condiciona. Los valores poseen el carcter de esencias originales, independientes de la representacin y del deseo. Son objetos ideales, aprehensibles en una visin intuitiva a priori, independiente de toda experiencia. Hartmann se vincula as a la teora platnica de las ideas: «En cuanto a su modo de ser, los valores son ideas platnicas. Forman parte de ese otro reino del ser, descubierto por Platn, aprehensibles por intuicin espiritual, aunque no visibles con los ojos ni palpables con las manos»(Ethik, Berln 1926, 108).

2.4. Determinacin sistemtica del valor

Definir el valor resumiendo o sintetizando de algn modo las ideas expuestas por los autores mencionados es tarea ardua. Ensaymosla en cortas proposiciones:

1)Peculiaridad del valor. Valer y ser no se identifican en el proceso de la percepcin humana. Percibimos muchas cosas que son, pero no por ello juzgamos que valen, ms an, nos dejan indiferentes. El valor es aquello que saca al sujeto de su indiferencia frente al objeto; por eso, el valor se funda en la preferibilidad. El valor es noindiferencia. Cuando decimos que algo vale, no afirmamos directamente algo sobre su ser, pues slo nos referimos a su noindiferencia. La noindiferencia es la esencia del valor. La cosa que vale no es ms o menos que la cosa que no vale. Tener valor no significa directamente tener ms o menos realidad, sino no ser indiferente. Es precisamente esta caracterstica del valor lo que va a plantear el problema central de la a., y lo que va a permitir que se escinda segn los presupuestos metafsicos de los diversos autores, dando lugar a una a. subjetivista, si lo reduce todo al sujeto; a una a. idealista, si no funda el valor en la idea; a una a. realista, que ponga de manifiesto que la a. no puede estar cerrada en s misma, sino abierta a la ontologa, ya que el valor se funda en el ser. En los puntos que siguen procederemos de una manera ms bien descriptiva, y siguiendo sobre todo a Scheler y a Hartmann, aunque corrigiendo algunas de sus expresiones, y dejando para luego el planteamiento del tema ontolgico.

2) El valor es captado sentimentalmente. No se percibe el valor (la bondad, la amistad, la generosidad, la belleza...) por la va de un silogismo deductivo, sino de una manera inmediata en la que la capacidad de sentir de la persona se ve afectada. Hay un «orden del corazn» (Pascal) paralelo al «orden de la razn». No obstante el percibir sentimental de un valor est dado este mismo valor con distincin de su sentir y, por consiguiente, la desaparicin del percibir sentimental no suprime el valor. Aunque no captados por deduccin, no por eso los valores forman un orden caprichoso y catico. El percibir sentimental no est unido exteriormente al objeto, ni aun de modo mediato a travs de una representacin o a travs de un signo, como si el objeto fuera signo de algo ms profundo. Captamos inmediatamente los valores por medio de las vivencias emocionales (preferir y postergar). N. Hartmann extrema en el distinguir la esfera lgica y la esfera emotiva; esta ltima es llamada por Ortega y Gasset estimativa.

3) EI valor es objetivo. Ya vimos cmo Scheler rechaza las doctrinas axiolgicas subjetivistas. El fundamento del valor no es el agrado o desagrado que desencadena. El mismo hecho de que podamos discutir sobre los valores, supone que en la base de la discusin estamos profundamente convencidos de que son objetivos. Los valores se descubren, como se descubren tambin las verdades cientficas. Hartmann es contundente a este respect: los actos emotivos tropiezan con algo que nos insta irresistiblemente. No es que lo deseable tenga valor, sino que es deseable lo valioso. Y ya deca Scheler que la desaparicin del percibir sentimental no suprime el ser del valor. Cuando se descubre un valor no es que antes no hubiera valor y ahora lo hay, sino que antes todava no era intuido y ahora lo es.

4) Los valores son esencias o eidos. Quiere esto decir que los valores son independientes de las experiencias en que estn inmersos. Esta esencia puede ser realizada por medio de la existencia, pero su modo especfico de consistencia no se modifica por el modificarse de sus realizaciones existenciales (N. Hartmann).

Los valores son esencias «eternas e inmensas», por abarcar el espacio y el tiempo. No es que los valores sean errantes fantasmas, pues ms bien son espacial y temporalmente omnipresentes: no valen aqu o all, antes o despus; simplemente valen. Adems san esencias «absolutas e inmutables»: la traicin de mi amigo no altera el valor de la amistad; los valores no cambian. Son absolutos: no estn condicionados por ningn hecho de naturaleza histrica, social, biolgica o individual. Lo que vale una vez, vale siempre y de un modo uniforme: no valdr ms para unos que para otros.

5) El valor no es una relacin, sino una cualidad. Es preciso distinguir entre el valor en s y el valor para nosotros. Si hubiera valor slo para algunos, entonces estaran constitutivamente en relacin con el tiempo y con el espacio, cosa que ya hemos excluido. Antes de Newton ya exista la ley de la gravitacin. Del mismo modo, slo hay una relatividad en el modo de conocer los valores, pero jams en el mismo valor como tal. Percibir un valor no es crearlo, sino descubrirlo. Los valores poseen independencia objetiva e independencia subjetiva. La belleza es independiente del cuadro, de la estatua o de los colores: el cuadro o la estatua poseen el valor de lo bello, que los trasciende y los antecede. Los valores son extraos a la cantidad: no se puede decir que un cuadro es tantas veces bello, ni se puede contar o dividir la belleza en unidades. Los valores son tambin subjetivamente independientes; aunque nunca se hubiera juzgado que el asesinato era malo, hubiera continuado siendo malo.

6) El valor no tiene sustantividad propia. Los valores radican en los seres y el hombre no percibe el valor sino en los seres concretos, haciendo referencia al ser y expresndose como un predicado del ser. Aqu volvemos a encontrar en toda su pujanza la distincin entre una a. realista y una idealista: la primera reconocer ese hecho con toda su fuerza; la segunda no acaba de asumirlo del todo y emplear expresiones como «los valores estn adheridos a los seres», «depositados en ellos», etctera.

7) Polaridad de los valores. El valor consiste en la noindiferencia, es decir, en su capacidad de sacarnos de la indiferencia. Esto supone un punto inicial de indiferencia y algo noindiferente que se aleja de ese punto. Hay dos modos de alejarse de ese punto de indiferencia: uno positivo y otro negativo. Por eso, el valor tiene polaridad: un polo positivo y un polo negativo. La provocacin de la noindiferencia puede suceder por atraccin o por aversin. Todo valor tiene su contravalor, a lo bueno se contrapone lo malo; a la belleza se contrapone la fealdad, etc.

8) Jerarqua de los valores. Hay una multitud de valores como modos de noindiferencia. El valor debe tener constitutivamente noindiferencia. Tambin los valores en sus relaciones mutuas poseen esa noindiferencia. Esta noindiferencia respectiva es el fundamento de su jerarqua. Segn Scheler, los valores mantienen una relacin jerrquica a priori, pues la jerarqua cuyo fundamento es la correlacin de los valores en orden a la noindiferencia reside en la esencia misma de los valores. Scheler da cinco criterios para determinar la jerarqua axiolgica: l° Extensin: los valores ms inferiores son esencialmente fugaces, mientras que los superiores son eternos; las grandes obras literarias persisten a travs del tiempo. 2° Divisibilidad: un valor tiene mayor rango cuando menos divisible es; un trozo de pan vale el doble que la mitad de ese trozo; pero la mitad del cuadro Las Meninas no corresponde a la mitad de su valor total. 3° Fundamentacin: cuando un valor fundamenta a otro es ms alto que ste. Lo agradable se funda en lo vital; y todos los valores se fundamentan en los religiosos. 40 Profundidad de satisfaccin: Satisfaccin no es placer, sino vivencia del cumplimiento de una intencin hacia un valor cuando aparece ste. Profundidad no es grado de satisfaccin; la satisfaccin es tanto ms profunda cuanto menos ligada est al percibir sentimental de otro valor. 5° Relatividad: no se trata de un subjetivismo; el valor de lo agradable es relativo a un ser dotado de sentimiento sensible; los valores absolutos son aquellos que no dicen relacin a la sensibilidad o la vida.

9) Clasificacin de los valores. Uno de los esfuerzos ms gratos a la a. consisti en encontrar una escala de valores con que indicar su mutua correlacin, segn el modo que tienen de sacarnos de la indiferencia. El valor supremo es aquel que dista ms que ningn otro del punto inicial de indiferencia. Ortega y Gasset, inspirndose en las investigaciones de Scheler y Hartmann, propone una escala de valores, segn jerarqua y polaridad, que transcribimos: tiles (carobarato; ordinarioextraordinario), Vitales (noblevulgar; sanoenfermo; fuertedbil; vidamuerte), Intelectuales (conocimientoerror; evidenteprobable), Morales (buenomalo; justoinjusto), Estticos (bellofeo; sublimeridculo) y Religiosos (sagradoprofano; divinodemonaco). A la vista de esta escala podemos apreciar que se nos impone renunciar a un valor de belleza o de salud antes que hollar un valor religioso. Finalmente, y por lo que respecta al carcter positivo o negativo del valor, aadiremos que el valor positivo es aquel que debe mover al sujeto por su atraccin; el valor negativo debe mover al sujeto por su repulsin. Lotze y Brentano formulan la siguiente tesis al respecto: La existencia del valor positivo es un valor positivo; la existencia del valor negativo es un valor negativo; la noexistencia del valor negativo es un valor positivo; la noexistencia del valor positivo es un valor negativo.

2.5. Entrada de la Axiologa en el mbito de la Ontologa

En Francia, L. Lavelle y R. Le Senne consideran la A. como una profundizacin de la Ontologa misma. En Espaa, J. Zarageta se ha pronunciado tambin en este mismo sentido. En Alemania, J. von Rintelen identifica el valor con el concepto afn al tomista de Bien, que, como se sabe, es uno de los trascendentales del ser. justamente la posible entrada de la A. en el mbito de la Ontologa tendr lugar nicamente en el mbito de la bondad trascendental, como unnimemente lo ha reconocido el neotomismo. Pero es preciso aclarar este punto. Acerca de la distincin que la A. hace entre el bien (v.) y el valor, convendr tener presentes algunos puntos:

1) El bien es el ente concreto dotado de bondad. En este caso, el bien es lo valioso, o lo que es soporte de valor; el valor es la bondad misma tomada abstracta o formalmente (la valiosidad), en virtud de la cual el ente se hace bueno.

2) El bien se dice tambin del bien ntico, no realizado todava por la tendencia en acto segundo. El valor, en cambio, coincide con el bien realizado por la tendencia espiritual. Hablando ms exactamente, el bien realizado presenta un doble aspecto, que se corresponde analgicamente con el concepto objetivo y subjetivo del entendimiento. El aspecto objetivo es el bien realizado como aquello que es realizado (contenido de valor) y en cuanto que es realizado; el aspecto subjetivo es la misma realizacin del bien, como el modo en que la tendencia realiza el bien (valoracin). As tenemos el valor tomado objetivamente, por cuanto es realizado, y el valor tomado subjetivamente, en virtud del cual es realizado. Los valores tomados subjetivamente son los actos de amor, reverencia, fidelidad, pureza, etc., por los cuales se manifiestan y realizan los valores tomados objetivamente, dndoles una respuesta adecuada. Esta segunda consideracin del bien y del valor toca ms directamente los puntos esenciales de la a. Casi ningn axilogo mira al bien ntico, fijndose en el valor y atendiendo especialmente al valor tomado subjetivamente, como en el caso de Scheler. El valor no coincide de un modo tan inmediato y manifiesto con el ente como el bien ntico; por eso, es comprensible su esfuerzo por separarlo de la esfera del ser. Pero si estudiamos el problema ms profundamente, pronto evitaremos esa separacin. El valor a la vez subjetiva y objetivamente tomado se fundamenta en el bien ntico: el valor tomado objetivamente es el mismo bien ntico realizado en acto; el valor tomado subjetivamente da la respuesta correspondiente al bien ntico, ya que est determinado por ste: el valor subjetivo es el bien ntico transportado y elevado al modo del sujeto apetente. Por tanto, no slo el bien ntico se convierte o identifica relativamente con el ente, sino tambin el bien realizado, como lo manifestativo con lo manifestado.

3) Decimos que el ente tiene bondad en cuanto se connota la perfeccin que el ente tiene en s, o sea, la plenitud de ser tenida por l; pero decimos que un ente tiene valor cuando connotamos su conveniencia a otro ente en determinadas circunstancias. Desde esta perspectiva, el valor se fundamenta en el bien, pero slo puede ser definido atendiendo a las circunstancias determinadas; p. ej., un tesoro cuantioso es de suyo un bien mayor que un barril de agua; mas para el hombre que jadea sediento en un desierto tiene ms valor ese barril de agua que el tesoro. Esta distincin muestra la peculiaridad del tema del valor a la vez que pone de manifiesto la necesidad de vincularlo al bien. La A. tal y como se desarrolla sobre todo en Scheler y Hartmann supone tina superacin del subjetivismo axiolgico y del psicologismo (v.), pero si no se abre a una fundamentacin metafsica del valor corre el riesgo de caer en el idealismo (v.) o de colocar lo axiolgico en un reino de ideas platnicas.

Quien admita la a. en un sentido noontolgico se encuentra en la misma situacin del que quiere buscar casa en una ciudad donde impera una gran necesidad de viviendas. Si alguien le propone la adquisicin de una casa muy valiosa, con lujosos salones y jardines, a un precio ridculo, nuestro hombre saltar de gozo. Pero caer descorazonado tan pronto como le aclaremos que, aun siendo la casa de un valor incomparable, le falta un leve detalle: que no tiene ser. Lo mismo puede decirse de los valores alimenticios, estticos o sociales.

Aqu no se trata de una cosa concreta, llmese comida o casa, sino del valor de esos bienes, de la bonitas de estos bona. Al valor de estos bienes pertenece necesariamente su seractual o su serposible como fundamento ontolgico. El valor est vinculado indisolublemente al ser. Esto tiene su vigencia no slo para valores de cosas, sino, y especialmente, para valores morales. El deber es siempre un deberser, del mismo modo que el serposible es ser por su relacin al seractual.

3. Las caractersticas semnticas de evaluacin

3.1. El factor subjetivo y objetivo de evaluacin

La caracterstica ms importante de evaluacin es presensia de factor subjetivo que acta reciprocamente con el objetivo. Una expresin evaluativa, aun si no se ve claramente el sujeto, sobreentiede la relacin evaluativa entre sujeto y objeto. Cualquier juicio presupone el sujeto del juicio es decir una persona (individuo, sociedad) que produce la evaluacin y un fenmeno o una cosa a la cual se refiere la evaluacin. Al fin y al cabo la medida del valor de todo lo existente es un hombre en conjunto de todas las manifestaciones de su vitalidad. Este hombre dependiendo de las circunstancias puede ser representado por un individuo concreto, por un grupo social o por la sociedad humana en general.

La presensia del sujeto de valoracin presupone unas peculiaridades de razonamiento evaluativo y en primer lugar la posibilidad de discusin sobre la evaluacin cuando se chocan las opiniones distintas:

A.: Creo que es una novela brillante;

B.: Segn mi opinin es mediocre;

A.: Pasa por especialista muy bueno;

B.: Por desgracia no es as.

El aspecto evaluativo determina tambin los predicados axiolgicos como uno de los elementos de la estructura evaluativa. Los predicados creer, opinar, pensar, parecer reflejan el caracter subjetivo de evaluacin. Comprense: Todo el mundo lo tiene por honrado y Es honrado.

El componente subjetivo presupone la actitud positiva o negativa de sujeto hacia su objeto (a veces la representan en forma de relacion: gustar/no gustar, apreciar/no apreciar, aprobar/no aprobar) mientras el componente objetivo (descriptivo) toma como punto de referencia las cualidades propias de objetos o fenomenos a base de las cuales se evaluan. En declaraciones los aspectos subjetivo y objetivo se dividen. De tal modo diciendo Me gusta la pelcula, el sujeto no comunica nada sobre las cualidades de la pelcula sino slo sobre su actitud hacia ella. La capacidad de sealar la actitud subjetiva como tal la poseen en primer lugar los verbos; comprense: respetar, amar, apreciar, despreciar, odiar etc.: El respeta a los mayores; Le desprecio etc. Indicios de objeto a veces se introducen complementariamente en forma de argumentacion: Me gusta esta pelcula, est realizada con mucho talento. Determinaciones evaluativas siempre presuponen peculiaridades de objeto: Es una pelcula fantstica; es una carretera terrible; es una variante impropia; es una maniobra excelente. Hace falta poner de relieve que contraposicin de sujeto/objeto en una estructura evaluativa no es lo mismo que la contraposicin de subjetividad/objetividad en semntica de evaluacin. Sujeto y objeto presuponen existencia de ambos factores: subjetivo y objetivo. De este modo, sujeto, evaluando objetos o hechos, por un lado, se apoya sobre su actitud hacia el objeto (me gusta/no me gusta) y, por otro lado, sobre ideas estereotipadas en cuanto al objeto y la escala de valores en la cual se colocan todos los indicios caractersticos para el objeto. Al mismo tiempo en un objeto evaluativo se combinan los indicios subjetivos (relacin sujeto - objeto) y los objetivos (rasgos de objeto). De esta manera, cuando se trata de que el agua es caliente/fria se sobreentienden las propiedades del agua igual que las sensaciones del sujeto. Declaraciones Llegu a saber una noticia excelente, estupefaciente y Llegu a saber una noticia sensacional, muy interesante incluyen as sentidos evaluativos (subjetivos) como los descriptivos (objetivos) con la particularidad de que en el primer ejemplo se expresa ante todo la actitud del sujeto hacia el acontecimiento y en el segundo se explicitan las propiedades descriptivas del acontecimiento; no obstante en ambos casos se comunica algo sobre el sujeto y objeto.

La correlacin de lo subjetivo y lo objetivo es el problema bsico alrededor de que se desarrollan las discusiones sobre la esencia filosfica de valores y sobre la naturaleza de juicios evaluativos. Historia de aprendizaje de evaluacin se caracteriza por una contnua lucha de dos corrientes, una de las cuales se apoya sobre la idea de que lo ms importante en proceso de evaluacin es sujeto mientras la segunda se inclina a lo que el componente principal de evaluacin es naturaleza de objeto. En lo fundamental estas corrientes se desarrollan en la esfera de las teoras ticas aunque muchos de sus postulados son esenciales para el aprendizaje de evaluacin desde el punto de vista de lконецформыначалоформыingstica.

La primera corriente se expresa en concepciones de emotivismo donde los significados evaluativos se observan slo como expreson de emociones de sujeto o como actitud de sujeto hacia su objeto. Por ejemplo, la declaracin: Obraste mal por haber robado el dinero se puede interpretarla como Robaste el dinero + entonacin de susto y exclamacin que no agregan nada al significado sino muestran que la exclamacin fue acompaada por una reaccin emotiva por parte del sujeto.

Algunos autores creen que cas cada declaracin contiene el aspecto emotivo puesto que hasta una comunicacin sobre un hecho cambia algo en el estado psquico del oyente prescribiendole los estados emocionales correspondientes. En aspecto emotivo de la evaluacin se puede diferenciar las emociones propias de sujeto (Qu tonto soy!, Qu pena!) y las emociones que sujeto le quiere inculcar a su interlocutor (en declaraciones que se refieren al interlocutor, por ejemplo, en insultos y en declaraciones que se refieren a la tercera persona (Qu bobo es!).

Los autores que se inclinan a las ideas de emotivismo estn en contra de que la misma denominacin bueno sea un rasgo del objeto. Los partidarios de emotivismo creen que la evoluacin no se puede interpretarla ni como verdadera ni como falsa ya que no puede ser verificada. Es imposible la discusin de evaluaciones como:

A: Es correcto.

B: No es correcto.

El cientfico Ayer cree que en discusiones de este tipo no se toca la evaluacin sino los hechos. Es evidente tambin que segn esta concepcin lo emocional de la evaluacin prevalece sobre lo racional.

La corriente contraria se apoya sobre la idea que los significados evaluativos deben ser interpretados como los pertenecientes a los objetos y, de este modo, no representan relaciones sino rasgos (naturalismo). Como crean los representantes de intuicionismo los rasgos evaluativos incluyendo los morales son la realidad objetiva y son caractersticas para las acciones y estados. En lmites de estas concepciones se presupone que los rasgos evaluativos resulten una conclusin lgica de los rasgos descriptivos ya que la evaluacin se basa en los indicios de objetos o fenmenos. Conformamente la evaluacin emotiva se deduce de la racional, entonces la discusin de evaluacin se hace posible. Las ideas del naturalismo se desarrollan junto a la idea que los rasgos evaluativos se correlacionan con funciones de objetos(funcionalismo); as, el cuchillo bueno es aquel que corta bien, Ramirez es padre bueno significa que les viste y les da a comer a sus hijos etc. De esta manera, el significado de la palabra bueno para las termas funcionales se deduce a base de los criterios lgicos y para los dems objetos los criterios deben ser lgico-empricos. Estas ideas se hicieron una base del anlisis lконецформыначалоформыingstico de la palabra bueno en trabajos de Katz y Vendler.

Las tentativas de superar la unilateralidad de ambas corrientes sirvieron de incentivo para las investigaciones subsiguientes de los problemas ms importantes de evaluacin.

As, fue mostrado que es necesario tomar en consideracin la diversidad de los rasgos evaluativos de objetos. El autor de Los principios de tica G.Moor comparando las palabras amarillo y bueno la primera la llam un rasgo natural y la segunda innatural. l apunt que es imposible describir el significado de la palabra bueno a base de rasgos de los objetos a los cuales se puede aplicar el signo bueno, es as llamado error naturalstico. Moor subraya que todos los juicios de lo bueno siempre son sintticos y nunca analticos. De este modo el problema de transicin de los rasgos descriptivos a la evaluacin result en el centro de atencin de los investigadores.

3.2. Clasificacin de tipos de evaluacin

El desarrollo subsiguiente de dos corrientes y la aspiracin de encontrar la salida de las contradicciones que surgen con el enfoque unilateral sirvieron de incentivo para las investigaciones de semntica de los adjetivos como el tipo bsico de palabras de signo.

P.Nowel-Smit examinando el problema de las condiciones bajo las cuales se usa la palabra dada divide los adjetivos en 2 grupos: grupo A (aptness-words) y grupo D (descriptive words). Los primeros indican que el objeto tiene unos rasgos que son aptos para despertar emociones y los segundos entran en descripcin. Adems, se distingue el grupo G (gerundive words) que designa rasgos que traen consigo una accin: vestido rojo (D), vestido cmodo (A), vestido inconveniente (G). Esta divisin es convencional ya que los adjetivos de un grupo en contexto pueden funcionar como los de otros grupos. En particular, la divisin refleja la concepcin de as llamado prescriptivismo que presupone que en primer plano se pone la funcin prescriptiva de la evaluacin: Es bueno, opta por eso o Es malo, no hagas as.

J. fon Wright propuso una clasificacin de tipos de evaluacin basada en tipos de objetos y semntica de combinaciones con la palabra bueno. l distingue las siguientes formas de bienes:

1) bien instrumental (cuchillo bueno, reloj bueno);

2) bien tcnico (chfer bueno, profesor bueno);

3) bienes mdicos que incluyen tales objetos como ojos, corazn, memoria;

4) bien utilitar que sobreentiende idoneidad, utilidad para algn fin: plan bueno, ocasin buena, oportunidad buena.

5) bien gednico (olor bueno, tiempo bueno);

6) bienes de hombre (intencin buena, acto bueno).

La interaccin de sujeto de evalucin con objeto sirve de base para la clasificacin de significados de evaluacin parcial hecha por Arutyunova. Ella subraya que evaluacin crea una taxonoma de objetos y acontecimientos especial distinta de la natural. La cientfica divide los significados de evaluacin parcial en 3 grupos que incluyen 7 categoras.

El primer grupo lo forman las evaluaciones desensorque se dividen en: 1) gedonsticas (es lo que gusta a uno: agradable, sabroso, atractivo, aromtico) y 2) sicolgicas entre las cuales se diferencian evaluaciones intelectuales (interesante, trivial, fascinante) y evaluaciones emocionales (alegre, deseado, agradable).

El segundo grupo son evaluaciones sublimadas o absolutas: 1) evaluaciones estticas basadas en sntesis de las de sensor y sicolgicas: bonito, excelente; 2) ticas que sobreentienden las normas: moral, bondadoso, vicioso.

Las ltimas 3 categoras que constituyen el tercer grupo son evaluaciones racionalsticas vinculadas con actividad prctica de hombre. Incluyen las evaluaciones 1) utilitares (til, nocivo); 2) normativas (correcto, normal, sano); 3) teleolgicas (eficaz, acertado, defectuoso).

Como podemos ver, el anlisis de evaluacon en plano lконецформыначалоформыingstico se apoya tambin sobre comprensin de aspectos subjetivos y objetivos de palabras y declaraciones evaluativas.En las declaraciones evaluativas lo subjetivo y lo objetivo estn ligados inseparablemente.

3.3. Los componentes evaluativos y descriptivos de significado. La evaluacin general y parcial

En las estructuras evaluativas los rasgos subjetivo y objetivo expuestos ms arriba actan recprocamente. Al examinar las expresiones como la manzana roja, redonda, madura; el cuaderno grande, cuadrado, antiguo es evidente que tratan de los rasgos propios de objetos. Al contrario, las expresiones la manzana deliciosa; el cuaderno magnfico no comunican los rasgos propios de objetos sino los que les atribuye el sujeto. La primera serie de adjetivos se puede llamarla descriptiva y la segunda evaluativa. Los signos de la primera serie pueden incluir tambin el componente de evaluacin: bondadoso, talentoso, asiduo, insolente, tonto. Este tipo de evaluacin se llama la evaluacin parcial . Las palabras de la segunda serie(bueno, excelente) se llaman las de evaluacin general .

El problema de diferenciar dos series de signos en su correlacin es discutible. Es obvio que los rasgos propios de objetos no carecen de aspecto subjetivo. As, la manzana madura presupone la idea subjetiva de este rasgo; el cuaderno grande tambin presupone los estereotipos sociales conocidos al sujeto de evaluacin. Los rasgos de color y forma son los ms objetivos pero en estos tambin est presente el aspecto subjetivo. Por otro lado los signos evaluativos propiamente dichos se apoyan en rasgos de objetos y en este sentido tampoco pueden considerarse puramente subjetivos (por ejemplo, da perfecto quiere decir el de sol, que no es fro). Segn la proporcin de factores subjetivos y objetivos los rasgos se sitan en una escala incesante. En un extremo de la escala estn tales rasgos como triangular, alumnico y en segundo extremo los evaluativos propiamente dichos: excelente, magnfico.

Los componentes objetivo y subjetivo de significado evaluativo representan una unidad dialctica con correlaciones muy complicadas en lmites de cada serie de unidades de la lengua.

Las relaciones entre el sentido descriptivo y evaluativo (emotivo) se manifiestan evidentemente en sistema de los adjetivos para los cuales es esencial la semntica de signo. Entre los adjetivos se puede diferenciar las palabras descriptivas que no contienen ninguna evaluacin (por ejemplo, portugus, cprico, matinal, bpedo etc), a este tipo pertenece la mayora de adjetivos relativos y los evaluativos propiamente dichos (bueno, excelente, magnfico, estupendo, malo, feo, terrible) que designan slo la evaluacin con signo + (bueno) o - (malo) con diferente grado de intencificacin y afectividad. As, perfecto es bueno + intencificacin, estupendo significa bueno+intencificacin+afectividad etc. Pero no todos los adjetivos tienen sentido puramente evaluativo o puramente descriptivo. La mayora de los adjetivos y de las palabras evaluativas en general combinan los dos sentidos. Por ejemplo, fascinante, talentoso y mediocre, aburrido. Estas parejas de palabras se parecenpor el signo evaluativo + para las dos primeras y el signo - para las ltimas, pero se distinguen por el significado que se refiere a los rasgos de objeto de evaluacin.

Los adjetivos que de algn modo combinan el sentido evaluativo con el descriptivo componen una serie donde estos dos sentidos se combinan en diferentes proporciones. El proceso caracterstico para los adjetivos es adquisicin de rasgos calificativos. Los sentidos evaluativos frecuentamente aparecen cuando el objeto de evaluacin de algn modo estligado con la esfera de una persona, puesto que cas cualquier rasgo de una persona puede presuponer evaluacin: casa de piedra, corazn de piedra; lpiz rojo, nariz roja. Significado calificativo de tales adjetivos habitualmente sobreentiende metfora. En las lenguas romanas segn rasgos evaluativos y no evaluativos se diferencian los adjetivos relativos y constucciones con preposicin de.

Los rasgos descriptivos se apagan completamente cuando en primer plano aparece el aspecto subjetivo de evaluacin. Eso pasa cuando, por ejemplo, una palabra se usa como ofensiva: Burro!, Bandido!. Los adjetivos que contienen en su significado un grado alto de intencidad fcilmente se hacen puramente evaluativos.

En mayora de los casos el significado evaluativo se vincula implicativamente con el descriptivo correspondiente. En la lengua natural los dos aspectos se combinan. La combinacin se realiza as en la semntica de las palabras evaluativas como en declaraciones que contienen una evaluacin, y precisamente en las declaraciones se descubre una serie de rasgos de semntica evaluativa.

Los dos componentes de significado (descriptivo y evaluativo) se puede distinguirlos describiendo la semntica de declaraciones y palabras concretas. Por ejemplo, atento en la declaracin l es lector atento signifca конецформыначалоформыcuidadoso, escrupuloso, es componente descriptivo. Estas cualidades en el cuadro del mundo se evaluan como buenos y, entonces la declaracin contiene tambin el componente evaluativo es bueno.

La correlacin de la evaluacin y descripcin se cambia segn la posicin sintctica. La posicin tpica donde se diferencian los sentidos descriptivo y evaluativo es la predicativa. Para las palabras descriptivas que carecen de sentido calificativo no es caracterstica la posicin predicativa: la tica mdica, pero esta tica es mdica; el alumno ausente pero este alumno est ausente. Al mismo tiempo en la posicin predicativa los sentidos evaluativos se inducen con ayuda de diferentes medios (intensificadores, artculos, entonacin exclamativa): Es un hombre pero no Un hombre entr en la habitacin. La posicin predicativa donde se actualiza la evaluacin se opone a las posiciones de identificacin y clasificacin. Comprense: Es burro (no es cabra) - es identificacin y Eres burro es evaluacin.

La diferencia entre los sentidos evalutivos y descriptivos se manifiesta evidentemente en las estructuras que reflejan el movimiento por la escala evaluativa. En primer lugar son construcciones con intensificadores: Esta casa es enteramente de piedra o lleg con la nariz muy roja. La posibilidad de combinarse con intensificadores seala del desplazamiento hacia el sentido evaluativo.

Otro contexto tpico para los sentidos evaluativos son combinaciones con intencificacin de veracidad del rasgo con adjetivos verdadero, autntico, genuino: Es pintor (clasificacin), Es pintor verdadero (evaluacin con intencificacin); Es bandido (clasificacin), Es verdadero bandido(evaluacin con intencificacin). El sentido evaluativo se actualiza en declaraciones expresivas con qu: Qu artista!, qu inteligente!, qu pelcula magnfica!.

Wolf subraya que se puede hablar sobre las declaraciones evaluativas propiamente dichas slo cuando la evaluacin es el fin de la comunicacin. No obstante cualquier texto puede incluir evaluaciones que forman partes de las estructuras descriptivas: Escuchaba con inters; Recibimos un mensaje importante.

Frecuentemente la evaluacin se situa en rema. El sentido evaluativo lo pueden tener declaraciones puramente descriptivas si lo descrito se puede evaluarlo como bueno o malo: El camino era pedregoso, avanzabamos a duras penas.

El problema de correlacin de lo descriptivo y lo evaluativo tiene un aspecto ms, es el de primaca de rasgos evaluativos y descriptivos que en las teoras lgicas es disputible. Los rasgos descriptivos aparecen primarios si se trata de conclusiones evaluativas. Comprense la evaluacin y su motivacin: A m me gusta este libro porque es interesante y divertido pero no Este libro es interesante y divertido porque me gusta.

4. La evaluacin comparativa de situaciones

La evaluacin es inseparable de la comparacin. Nosotros dividimos lo bueno de lo malo, lo delicioso lo contraponemos a lo desabrido, lo inagradable a lo agradable.Cualquier tipo de comparacin se basa en disjuncin que presupone incompatibilidad de unas situaciones, acciones, modos de actuar, acontecimientos. La relacin disjuntiva, es decir, presencia de una opcin dentro de una serie de alternativas, incita a uno a hacer una comparacin evaluativa. La evaluacin comparativa tiene forma de un razonamiento prctico (que no lleva a la constatacin de la verdad sino a la toma de decisin). Cada uno lo usa en su vida. El razonamiento lgico es universal para toda la gente y se basa en distraccin del sujeto pensador. El razonamiento prctico al revs no puede ser aislado de la estructura de la personalidad, las finalidades que se propone, de la real situacin de la vida.

Las alternativas se comparan desde el punto de vista de que es mejor y que es peor. En realidad pocos tipos de acontecimientos de la esfera personal estn marcados con un signo axiolgico resistente: + es lo con que gente se felicita, - es lo que sirve motivo de compasin. Slo la necesidad de optar arrastra al campo axiolgico los acontecimientos neutros.

La opcin de una serie de caminos que se abren ante una persona est modulada en juegos. Las reglas de juego presuponen multiplicidad de posibilidades pero, como en la vida, juego permite la realizacin slo de una de ellas. Una jugada acertada o fallada presupone el resultado del juego o su objetivo final que es ganancia o prdida. Mientras cada jugada de paso se elige de una serie de posibilidades la alternativa final de juego o su resultado est formada por dos situaciones opuestas. La opcin de la jugada se basa en previsin o clculo; hacindola la persona programa el futuro aunque el futuro se forma no slo por los factores conocidos para el jugador sino tambin por acciones de las fuerzas desconocidas. Cada jugada significa riesgo. Tomando una decisin el jugador siempre sopesa todos los pros y los contras, considera todos los chances. A veces la vida la comparan con juego aunque en realidad juego fue creado a imagen y semejanza de una parte determinada de la vida.

La comparacin en axiologia est vinculada con tales nociones como 1) alternativa, es decir presencia de una serie de incompatibles acciones permitidas; el mnimum de alternativa es oposicin de accin e inactividad; 2) comparacin valorativa que toma en considerasin la modalidad subjetiva del deseo y modalidades objetivas de probabilidad y necesidad; 3) preferencia que se considera un tipo de estado squico (opcin potencial), son, por ejemplo, preguntas de tipo: Qu prefieres, pltanos o naranjas?; 4) opcin consciente es decisin que se considera como acto de realizacin de preferencia.

La confrontacin evaluativa no es lo mismo que comparacin. La confrontacin no constata la semejanza sino pesa y hace el resumen. Los objetos de la comparacin evaluativa pueden ser tanto cosas como sus cualidades, situaciones, acontecimientos y estados. Pero cuando hablan de las preferencias, no tienen en cuenta los objetos propiamente dichos sino sus propiedades y las acciones que los incorporan. La afirmacin La frambuesa es ms sabrosa que la fresa se refiere al sabor de la frambuesa, es decir una cierta propiedad del objeto. Para conocer el sabor de las bayas hace falta probarlas. Preferir frambuesa a fresa significa comerla ms gustosamente que la fresa y considerar la situacin cuando hay slo frambuesa mejor que la situacin cuando hay slo fresa.

Vamos a analizar el refrn espaol Ms vale lo malo conocido que lo bueno por conocer. Se puede parafrasearlo de tal modo: lo malo conocido es mejor que lo bueno desconocido. Este parfrasis descubre una estructura caracterstica para la comparacin evaluativa: cada combinacin de palabras representa una coyuncin de signos.

El complejo semntico “bueno – malo” pertenece a las concepciones de graduacin, en la cual cada antnimo muestra la direccin de la escala que se extiende a dos infinidades opuestas divididas por el eje de simetra:

lo malo - | - lo bueno

Los rasgos marcados por los antnimos representan dos lados de una medalle. La aumentacin de un rasgo en la escala de lo bueno y lo malo se vuelve la disminucin del otro. Es decir las concepciones mejor y peor estn vinculadas por las relaciones de conversin. De este modo el movimiento de cualquier punto por la escala puede ser denominado por dos procedimientos: por la aumentacin o por la disminucin de un rasgo. Tal estructura semntica es caracterstica para los adjetivos paramtricos grande – pequeo, alto – bajo.

Haciendo la comparacin evaluativa de diferentes situaciones su relacin al eje de simetra no se toma en consideracin, tienen en cuenta slo su posicin en la escala: el acontecimiento se considera mejor si se encuentra ms a la derecha de la escala. La graduacin de un complejo semntico se neutraliza por la disjuncin de la comparacin. De este modo los comparativos mejor y peor muestran la correlacin de acontecimientos en la escala de lo bueno y lo malo pero no implicican su posicin por una u otra parte del eje: mejor no quiere decir el grado comparativo del adjetivo bueno. Si uno, por ejemplo, dice: “Es mejor quemar la mano que firmar este documento” eso no sinifica que es aficionado a quemaduras. De misma manera el comparativo peor no implicica que se trata de una situacin negativa. Se puede decir: “Est bien ser chfer, pero es peor que ser doctor” o “Est mal ser doctor, pero es mejor que ser chfer”. La preferencia determina la opcin pero no tiene enlaces necesarios con las nociones de lo bueno y lo malo.

Entonces, “ser mejor” es un concepto compatible con “ser mal”. Se puede ser peor sin cesar de ser bueno. Y aun ms se puede ser el mejor sin ser bueno. Cuando en una tienda el dependiente le dice que se han quedado slo las mercancas defectuosas, Usted elige el ejemplar mejor del nmero de los peores. La nocin “bueno” se determina por la relacin a la norma, las nociones “mejor” y “el mejor” por la presencia, por el surtido real. El positivo establece una relacin del objeto al contraste, mintras el comparativo establece la relacin entre los objetos reales en la cual la nocin del estndard puede ser eliminada. Un razonamiento prctico que est orientado a aclarar lo que est mejor tienw lugar en una situacin real (no en la situacin normativa). Bueno siempre es bueno, pero lo mejor puede ser mal. Se hace bueno en proceso de perfeccin (no degradacin). En los “Dilogos” de Platn Kebet pregunta a Sokrat: “Si algo se hace peor no es de lo mejor?”. Y Sokrat contesta: “Claro que s”. Las dos palabras evaluativas tienen forma del grado comparativo. Efectivamente “peor” deriva de algo mejor, pero no obligatoriamente de “bueno”.

Las parejas de antnimos que se refieren a las caractersticas squicas de una persona (tonto – inteligente, cobarde – valiente, avaro – generoso) son asimtricas ya que el comparativo del segundo miembro tiene el significado relativo es decir da un parmetro correspondiente, y el comparativo del primer miembro tiene significado absoluto. Se puede decir “ Pedro es tonto (cobarde, avaro), pero es ms inteligente (ms valiente, ms generoso) que Juan”. Pero no se dice “Pedro es inteligente pero ms tonto que Juan”. Las formas “ms inteligente”, “ms generoso”, “ms valiente” determinan relacin en cualquier parte de la escala, mintras las formas “ms tonto”, “ms cobarde”, “ms avaro” determinan ralacin slo en lmites de la tontera, cobarda y avaricia conformemente.

Paralelo al significado relativo propiamente dicho, las palabras mejor y peor pueden sealar la relacin entre los acontecimientos en lmites de lo bueno y lo malo, es decir, pueden guardar enlace con predicados iniciales. Cuando las condiciones contextuales dejan de mostrar la relacin del comparativo con el eje de simetra la caracterstica axiolgica de las situaciones comparadas se hace impoisible. Comprense: Se hizo peor que antes y Se hizo mejor que antes. De estas declaraciones no se puede hacer conclusiones sobre la evaluacin general de los estados comparados. As pues el significado de los comparativos de la evaluacin general tiene el fundamento relativo.

Ninguno de los sinnimos de las palabras de evaluacin general bueno y malo forma el complejo ntegro de graduacin. Son as llamados “seeros escalares” dentro de los cuales no existe la relacin de conversin. Por eso el grado comparativo de las palabras maravilloso, excelente, magnfico no pueden tener matiz negativo. No se puede decir menos maravilloso, menos excelente o menos magnfico, aunque la variante ms maravilloso, ms excelente, ms magnfico puede ser usada.

La pareja fija de antnimos bonito – feo que expresa la evaluacin parcial (esttica) tampoco forma un complejo de escala ya que ser menos bonito no significa ser ms feo como ms feo no sinifica ser menos bonito. La conversin de ms bonito es menos bonito y la de ms feo es menos feo.

Los datos expuestos ms arriba evidencian que entre las palabras de evaluacin general la pareja “bueno – malo” tiene el lugar especial. Estas palabras denotan el parametro axiolgico del objeto, mintras sus sinnimos no pertenecen al grupo de palabras paramtricas; estas palabras no se agrupan en parejas que pueden ser consideradas microsistemas. Los grados expresadas por ellas se refiren ms a las emociones humanas que a los rasgos de un objeto.

Haciendo confrontacin de los acontecimientos en primer lugar se presta atencin a las oraciones en las cuales los comparativos (de modo mejor o peor) juntan las preposiciones o sus equivalentes. De este modo los comparativos desempean el papel de la cpula preposicional que se junta a la palara evaluativa en funcin de operador modal o sea el predicado. La transformacin del predicado en la cpula preposicional es la consecuencia de la transaformacin en el grado comparativo que descubre la segunda valencia sintctica del predicado: Est bien ser feliz (Ser feliz est bien) - Es mejor ser feliz que rico (Ser feliz es mejor que ser rico).

La autonoma relativa semntica de preposiciones es el rasgo de la cpula axiolgica preposicional: Es mejor estudiar que ir al concierto. Este rasgo aclara que no cada combinacin de la evaluavin general con significado preposicional corresponde a la funcin del operador modal. En las oraciones de tipo Est bien baarse en el mar, Est bien trabajar en el campo no est expresada la evaluacin general sino la parcial (de sensor). La palabra “bien” aqu corresponde a tales nociones como “alegre”, “agradable”; “mal” tiene significado de “triste”, “inagradable” etc. Estas voces denotan estado fsico o squico de una persona como rewsultado de alguna accin o proceso. La palabra evaluativa “bien” puede usarse tambin en el grado comparativo pero no en funcin de cpula preposicional propiamente dicha. Se puede decir Est bien baarse en el ro pero est mejor baarse en el mar; Es mejor (ms agradable) baarse en el mar que en el ro. Pero si las valencias del comparativo se sustituyen por preposiciones heterogneas su sinificado se cambia. En las oraciones Es mejor baarse en el mar que jugar al ftbol; Es mejor baarse que no baarse el comparativo no expresa la evaluacin de sensor sino muestra la preferencia de pasatiempo. El significado sensor que tiene la palabra “bien” en general rara vez pasa al comparativo.

Para ver ms claramente la diferencia entre operador modal y categora de estado ser barstante comparar las oraciones: 1) Est bien ir a bosque para recoger setas y 2) Ser bien ir al bosque para recoger setas ahora. La primera oracin puede estimular la rplica: “Y an mejor est recoger flores”, mintras la segunda puede provocar la contrapropuesta: “Pero ser mejor ir a la playa”. Aunque en ambas oraciones bien forma el fundamento predicativo de la oracin, la diferencia funcional entre las palabras evaluativas se manifiesta en lo que en el primer caso bien lleva el acento lgico y en el segundo se distingue la preposicin (la construccin con infinitivo) o uno de sus miembros. La palabra evaluativa no se acenta y hasta puede ser omitida: Sera bien ir al bosque -Ira al bosque. Como consecuencia de eso el infinitivo que adquiere significado de deseablidad se hace base gramtica de la oracin. La diferencia entre el significado sensor y el de evaluacin general de la palabra “bien” se revela en eleccin del infinitivo. El “bien” sensor se combina con infinitivo imperfecto de accin o estado procesual, mientras el operador axiolgico de la oracin 2 se combina con el verbo perfecto de la accin futura. El infinitivo en 1 puede ser sustitudo por la oracin subordinada de tiempo (Est bien cuando vas a bosque para recoger setas) y el en 2 puede ser sustitudo por la oracin subordinada de condicin (Sera bien si fueramos al bosque). La cpula preposicional pasa a “bien” en 2: Es mejor ir a baarse en el ro que ir al bosque. La transformacin del operador modal en cpula preposaicional lleva consaigo los cambios de significado esenciales que se expresan en la relativizacin de su significado. La indicacin a la relacin de cada uno de los acontecimientos evaluados al eje que divide loi bueno de lo malo se sustituye por la indicacin a su localizacin en la escala axiolgica.

La palabra de la evaluacin general “bien” tiene una serie de sinnimos (excelente, maravilloso, magnfico). Pero no siempre estas palabras pueden sustituir la palabra “bien” en funcin de operador axiolgico. As, por ejemplo, se puede decir Sera bien (excelente, magnfico, maravilloso) ir al bosque. Pero el comparativo de la palabra “bien” – “mejor” no puede ser sustituda por ninguno de los sinnimos.

Entonces el comparativo evaluativo expresa la funcin de cpula preposicional. La relacin de preferencia no es reflexiva (no se puede preferir una situacin a ella misma), es asimtrica y la preferencia se realiza consecutiva y transitivamente (si A es mejor que B, B es mejor que C, entonces A es mejor que C). Pero esta relacin tiene posibilidades de conversin limitadas. Los comparativos “mejor” y “peor” pueden ser considerados conversivos slo en lmites del sistema lxico del idioma pero en el habla. De primera vista se puede descubrir diferencias en sudistribucin. Se puede decir Es mejor ser feliz que rico pero no se dice Es peor ser rico que feliz. Se puede decir Mejor que lo hagas t que yo, pero no Peor que lo haga yo que t.

La conversin presupuesta de relacines no se realiza cuando se trata de comparativos de evaluacin general dndose la circunstancia de que el nmero de las palabras con las cuales se combina la voz “mejor” supera mucho el nmero de vocablos que pueden ser combinados con la palabra “peor”. La asimetra del uso de “mejor” y “peor” es la consecuencia de adentrar la comparacin axiolgica en el mencionado ms arriba contexto pragmtico, en particular de nexos con alternativa y opcin que puede ser marcado por el comparativo “mejor”, pero no “peor”. El “mejor” tiene matiz didctico positivo. El pone en foco lo que hace falta preferir pero no lo que sea mejor evitar. Las prescripciones son opuestas a las prohibiciones. Prohibicin no presupone alternativa. Aqu lo malo se opone a ausencia de lo malo. Recomendacin por lo contrario da una instuccin positiva. La confrontacin evaluativa es prescripcin en condicines de alternativa. Se refiera a las situaciones en las cuales prescripcin no es obligatoria y da a uno libertad de optar.

La parte positiva de la confrontacin evaluativa forma rema de la oracin y al mismo tiempo ocupa la posicn inicial. Eso puedse ser explicado por imaginar la recomendacin como respuesta a la peticin de consejo. La respuesta se puede iniciarla con lo que es mejor. En general se puede limitarla slo con la parte positiva, pero la circunstancia que en el texto de juicios generales no figura la pregunta nos hace expliciar ambos trminos de comparacin , ambas alternativas. Ahora se hace ms claro porque la parte negativa de una recomendacin no puede ser rewma de la oracin ya que la presupuesta pregunta se basa en lo que es mejor no peor. No est en nuestras intenciones obrar como es peor.

Entonces el comparativo “mejor” tiende a la posicin inicial. En serie de casos esta posicin es optimal o fija en otros casos es arbitraria. En la posicin inicial “mejor” es el signo de preferencia, opcin o causacin de una opcin (accin, consejo). Para el “mejor” inicial (que en espaol va acompaado por el verbo copulativo ser) son caractersticos los siguientes contextos. 1. Combinacin con ininitivo: Es mejor pensar antes que obrar. El comparativo guarda la funcin de la base predicativa de la oracin y puede tener forma de potencial simple o futuro de indicativo: Sera mejor no enterarse en la cosa. Ser mejor estudiar ms. El infinitivo puede ser sustitudo por la oracin subordinada de condicin: Sera mejor si lo hagas t. Cuando se trata de acciones pasadas la oracin pierde su simera geomtrica puesto que lo real se compara con lo irreal a que se da preferencia. La declaracin expresa desaprobacin o lstima causado por la opcin incorrecta. 2. Combinacin con la forma personal del verbo en futuro: Mejor ir yo que t. 3. Combinacin con imperativo: Mejor vete a casa que estar aqu. En uso del segundo y tercer tipos “mejor” se disminuye su papel de de base predicativa de la oracin y funcin de cpula predicativa. La palabra “mejor” puede intoducirse en medio de la oracin pero no puede encontrarse entre dos preposiciones: Mejor ir solo que con ella. Ir mejor solo que con ella. Pero no Ir solo mejor que con ella. El comparativo “mejor” adquiere la autonoma restringuida por lmites de la primera parte de la oracin. Dicconarios cualifican el “mejor” autnomo como adverbio que sirve para intensificar la exhortacin, peticin o impulso.

Designando la idea de opcin claro que el comparativo “mejor” se combina con el futuro e imperativo. Pero tambin puede combinarse con el pasado irreal dndose la circunstancia de que no se une con el tiempo pasado del indicativo. Es imposible decir Mejor lo hice yo que (lo hicieras) t. Pero es admisible la variante Mejor lo hiciera yo que t.

De esta manera el “mejor” inicial se usa en unas situaciones determinadas. Puede combinarse con infinitivo, futuro y subjuntivo que se refieren al futuro o al pasado.

Cuando se trata de toma de decisin la nocin del subjeto de preferencia puede combinar en s la indicacin al subjeto de opinin o subjeto de la accin. Tal unidad es natural ya que un hombre siempre trata obrar del modo mejor. No obstante en las oraciones de preferencia el significdo de subjeto del juicio predomina. Puede tratarse slo de una accin potencial, de un proyecto pero no del cumplimiento. Eso diferencia el uso del comparativo “mejor” del positivo “bien”. Se puede decir Est bien que he llegado, pero no se dice Es mejor que he llegado que si no haya llegado. An ms, “bien” con preponderancia expresa postevaluacin y el “mejor” suele expresar la preevaluacin. El positivo “bien” tiende a la retrospeccin mientras el comparativo “mejor” tiende a la prospeccin. El primero se refiere al pasado y el segundo al futuro. En este sentido el uso de “bien” y “mejor” no se correlaciona.

En la posicin intermedia “mejor” se usa en los juicios que establecen una jerarqua de valores: Felicidad es mejor que riqueza, mientras localizacin del comparativo en inicio de la oracin implicica una recomendacin: Es mejor que seas pobre y honrado que un ladrn rico.

La palabra “peor” en la posicin inicial se usa en forma de expresiones “Lo peor es que...” o “No hay nada peor que” a las cuales siguen trminos de comparacin puesto que se trata del superlativo: No hay nada peor de que hayamos tardado. Lo peor es que siempre vengo tarde. Tal empleo del “peor” corresponde al superlativo “Lo mejor es que”, “No hay nada mejor que”: No hay nada mejor que tomar baos de sol en las playas de Espaa. Lo mejor es que me guste mi trabajo.

Las oraciones con la posicin inicial fija que seala del signigicado de preferencia no se convierten. Es lgica la ausencia del antnimo del verbo “preferir” que no sea su conversivo ya que “impreferencia” de un trmino de relaciones se vuelve la preferencia del otro.

El comparativo “peor” no se combina con imperativo ni con las formas personales del verbo. Es incompatible con consejos o recomendaciones pero puede formar parte de una declaracin-advertencia: Se har peor si no visites al doctor.

Con ms frecuencia “peor” en la posicin intrermedia se emplea en los juicios generales que consisten de dos sustantivos o de dos infinitivos: Vino es peor que agua. Tal vida es peor que muerte. Trabajar es peor que descansar.

Pero en los juicios generales el empleo del comparativo “mejor” tiene gran preeminencia ante el uso de la voz “peor”. Eso se puede explicarlo por la tendencia de muchos juicios a rectificacin de costumbres y caracteres.

De este modo, aunque en la vida lo malo es mucho ms multifactico, correspondiendo a las posibilidades ilimitadas de desviarse de la norma, en el habla el uso del comparativo optimstico “mejor” supera mucho el uso del comparativo “peor”. Eso se explica por los esfuerzos de hombres de tener la vida sabia y virtuosa y poner a los dems en el camino de la verdad. En resumen los nexos sistemticos de las palabras “bien” y “mejor” por una parte y “mal” y “peor” por otra parte que se sienten no slo por los gramatistas sino tambin por los hablantes de la lengua no determinan nada el uso real de estos vocablos. Lo ltimo se somete a los factores de la vida.

Analizando formas de la comparacin axiolgica hace falta poner de relieve sus funciones comunicativas.

La evaluacin puede referirse a los acontecimientos pasados, al futuro y a las situaciones abstractas.

La evaluacin comparativa de lo pasado o de lo existente ya no puede tener fuerza comunicativa que actuve activamente. No obstante est vinculada con determinadas situaciones e impulsos sicolgicos. Son por ejemplo el deseo de entender las leyes de la vida (Con todo y con eso es mejor solucionar problemas de una tirada que vacilar), aprender en sus propias faltas (Mejor selo dira todo), consolarse (Pudiera resultar mucho peor), sensacin de desgracias extremas (No hay nada peor!), deseo de superar todas las dificultades o extraer fuerza de la debilidad (No es lo peor que pueda pasar en la vida!) o lstima de las posibilidades perdidas (Habra sido mejor si lo hubiera llamado), justificacin (Por qu has mentido? - Crees que sera mejor afligir a los padres?).

Cuando se trata de las acciones futuras en primer plano se pone el comparativo mejor que contiene en s la idea de preferencia y de las derivadas intenciones o consejos. El comparativo positivo se usa en el habla prescriptivo que no consigue la fuerza de un mandato, es decir, deja al hablante la libertad real o imaginaria de decisin. Aqu mejor adquiere determinada autonoma sintctica (Mejor callaras. Mejor no lo hagas).

Paralelo al uso de la comparacin evaluativa en las situaciones concretas (pasadas o futuras) se emplea tambin para expresar juicios generales sobre la jerarqua de valores: Mejor infierno contigo que paraso sin t.

Existe tambin la categora de oraciones el significado de las cuales consiste en caracterizacin (a veces figurada) de un acontecimiento. Tales oraciones tratan de la opcin imaginaria, irreal. Para representar imposibilidad de algn rumbo de desarrollo de acontecimientos el hablante informa sobre la preferencia de algo malo extremo: Para mi sera mejor matar al agraviador que soportar sus ofensas.

En oraciones de este tipo el acontecimiento caracterizado (el tema de lo comunicado) se figura como rechazado. La situacin preferida se elige segn el indicio de su negatividad extrema. Aqu domina el principio de preferencia perversa. Aunque la perversin se queda slo verbal. En las oraciones de preferencia perversa se realiza comparacin de situaciones. Por su significado son anlogas a las comparaciones propiamente dichas: Es mejor comer pan y cebolla que vivir con la mujer mala. Si una mujer parira slo serpientes venenosas fuera mejor que si dara a luz hijos ingratos.

A medida que la comparacin evaluativa sustituye a la figurada en la posicin de lo preferido se encuentra en vez de la situacin evidente conveniente sino algo completamente malo. Se hace trivial la formula mejor morir: Mejor morir que casarme con l. Mejor morir que vivir as.

La parte prctica: lxico de evaluacin subjetiva en las obras del Siglo de Oro

Las obras de la literatura espaola del Siglo del Oro abundan de lxico de evaluacin subjetiva. Son, en primer lugar, las obras prosaicas de Cervantes, Quevedo y Gracin y las de teatro espaol representado por Lope de Vega, Tirso de Molina, Caldern de la Barca y otros. Los ejemplos del lxico de valor evaluativo se puede encontrar tambin en la poesa de Gngora, Quevedo y Lope de Vega aunque su nmero cede ante el que observamos en las novelas y piezas de teatro.

Lo subjetivo se manifiesta a travs del uso de tropos, palabras con el matiz evaluativo “bien”, “mal” y sus derivados “bueno”, “malo”, “mejor”, “peor”, palabras “ms”, “menos”, adjetivos, incluyendo los usados en grado comparativo y superlativo, verbos “parecer”, “tener por”, “creer” y otros.

La subjetividad aparece en cualquier conversacin cuando se chocan dos opiniones:

- sta debe de ser, sin duda, la gitanilla hermosa que dicen que anda por Madrid.

- Ella es – replic Andrs - , y sin duda es la ms hermosa criatura que se ha visto.

- As lo dicen – dijo Preciosa, que lo oy todo en entrando - ; pero en verdad que se deben de engaar en la mitad del justo precio. Bonita, bien creo que lo soy; pero tan hermosa como dicen, ni por pienso.

- Por vida de don Juanico, mi hijo – dijo el anciano – que an sois ms hermosa de lo que dicen.

Como mencionamos ms arriba la evaluacin es inseparable de la comparacin. Nosotros dividimos lo bueno de lo malo, lo delicioso lo contraponemos a lo desabrido, lo inagradable a lo agradable. Los objetos de la comparacin evaluativa pueden ser tanto cosas como sus cualidades, situaciones, acontecimientos y estados: Tambin puede ser loco bien vestido como mal vestido. Cuando tronaba temblaba como un azogado y se sala al campo. Qu me queris, muchachos porfiados como moscas, sucios como chinches, atrevidos como pulgas? Deca que las lenguas de los murmuradores eran como las plumas del guila. El infante es como oro. “Maestro, sintese aqu, maestro, psese all, echaos ac, pasaos acull”, as lo har como el ms domstico y enseado perro que salta por el rey de Francia. La alzaron en peso, como a catedrtico. Despus que le unt, ronca como un animal. Determino de jurar como catlico y buen varn. Somos doncellas como las madres nos parieron. Quien ha visto banda de palomas estar comiendo en el campo sin miedo lo que ajenas manos sembraron, que al furioso estrpito de disparada escopeta se azora y levanta, y olvidada del pasto, confusa y atnita cruza por aires, tal se imagine que qued la banda y corro de las bailadoras, pasmadas y temerosas, oyendo la no esperada nueva que Guiomar haba trado. No hay guila ni ninguna otra ave de rapia, que ms presto se abalance a la presa que se le ofrece que nosotros nos abalanzamos a las ocasiones que algn inters nos sealen.

Observamos que los medios lxicos de comparacin son muchsimos. Entre los ms usados se puede nombrar tales elementos como “ms”, “menos”, “tan” y las conjunciones “que” y “como”: “Y sac de la faltriquera tres reales de a ocho, que reparti entre las tres gitanas, con que quedaron ms alegres y ms satisfechas que suele quedarse el autor de comedias, cuando ben competencia de otro, le selen rotular por las esquinas: “Vctor, Vctor”. Y fui el que , como el gusano de seda, me fabriqu la casa donde muriese. Lo quiro ms que a las telas de mi corazn. La ciudad tiene casas engastadas, como diamantes en oro. Como por las uas del len se viene en conocimiento de su grandeza y ferocidad. Ms quiero ir suelto que obligado. Una bala de un francs tendr por menos agravios que escuchar de vuestros labios, No pongis aqu los pies.

Conciencia tan escrupulosa ms es de religioso que de soldado. Eres paloma sin hiel, pero a veces eres brava como leona de Orn o como tigre de Ocaa. Si viese un hombre venir un len, no es ms cordura darle la espalda segura que no quererle seguir? Que los ojos del pavn no se igualan a mis celos, ni las luces de los cielos como mis cuidados son. No hay cosa que ms me venza que una honrada cortesa. No he visto cosa ms rara que las dcimas que dijo con tales afectos Arias. Volvi como atontado.

Otro medio que se encuentra en las obras analizadas es el uso del adverbio “antes”: Antes pienso irme con ella (virginidad) a la sepultura y quiz al Cielo, que ponerla en peligro que quimeras y fantasas soadas la embistan y manoseen. Antes yo sera casada con una sotoma de muerte que contigo.

Eres antes ngel que gitana.

El mismo significado adquiere en las oraciones comparativas el numeral “primero”: Primero me vea yo comidade adivas estas carnes, que me ha parado de la manera que ahora veris. El msico primero murmura que canta.

A menudo la comparacin se realiza a travs del empleo de las formas “mejor”(de “bueno”) y “mayor”(de “grande”) : Cuando hay un toro furioso y sin resistencia humana, no es mejor una ventana que espada y capa en el coso? Cuando un juez est airado, no es mejor estar seguro por el extranjero muro o por el propio sagrado? Cuando hay un pleito que en l se pueden dos concertar, no es mejor que no aguardar una sentencia cruel?Mejor debo de ser imaginado. La present a la duea que la recibi con mayor alegra del mundo. Por mayor ventura tengo ser honesta que hermosa.

Los adverbios “bien” y “mal” se usan con preponderancia en las declaraciones que expresan actitud del hablante hacia algn hecho, accin o juicio: Muy bien habis hecho en empedrarla, porque se pueda pasear.No es bien que quede asentado debajo de signo de escribano. Muy bien hars, hija, y mira no seas miserable. Bien dice la madre Pipota. Qu bien est en la cuenta el seor! l hizo bien a darse prisa a morir antes que el verdugo se sentara sobre l. Bien y rebin ha dicho seora Marialonso. Bien me parece eso(Cervantes).

DAMA2 : Qu bien Amarilis habla!

DAMA1 : Qu bien se viste y se toca!(Lope de Vega).

El adverbio “mal” se usa en el contexto parecido: Mal hiciste, amigo Carrizales, al ocultarlo. Mal ao para piones mondados que ms blancos ni ms lindos sean!

Tambin “bien” y “mal” aparecen antipuestos a los participios: bien vestido, mal educado, bien dicho, mal tratado.

Adems, la palabra “bien” figura en significado de “muy” o “completamente”: Bien seguro estoy, padres y seores mos, que no ser menester traeros testigos para que me creis(Cervantes).

Muy a menudo para evaluar un hecho o una persona se usan tambin los adjetivos “bueno” y “malo”: buenas gentes, buenos mancebos, muchachos de buena gracia, buen consejo, buenas intenciones, duea mala, tierra mala.

l es tan bueno que no reparar en juramentos. Buena comedia! Del infinito nmero de poetas que haba, eran tan pocos los buenos , que casi no hacan nmero. Ningn camino hay malo como se acabe, si no es el que va a la horca. Los escribanos han de ser libres y no esclavos, no bastardos ni de ninguna mala raza nacidos. Son de buena vida y fama temerosos de Dios y de sus conciencias;

- Tan malo es ser poeta? – replic Preciosa.

- No es malo – dijo el paje – pero el ser poeta a solas no tengo por muy bueno (Cervantes).

A menudo el adjetivo “bueno”, situndose en anteposicin del sustantivo de gnero masculino, se encuentra tambin en su forma reducida “buen”:

MARTN : (Aparte a JUAN .) Buen mozo!

JUAN : (Aparte a MARTN .) Buen talle! (Lope de Vega)

Cuando una declaracin presupone la confrontacin evaluativa muy frecuentamente se realiza a travs del uso del comparativo “mejor” y su oposicin axiolgica “peor”. “Mejor” tiene matiz didctico positivo, y “peor” conformemente lo tiene negativo. Comprense: Es la mejor posada en toda Valencia. Aun si quisieras no encontraras nada peor .

Observamos que el comparativo “mejor” se emplea para evaluar tanto los hechos como los objetos: Yo le respond que mejor fuera haberla dado de manera que les quitara de aquel trabajo, pues con esto le tuvieran a l por juez recto y acertado. Preguntle uno cul era la mejor tierra. No pregunto eso sino que cul es mejor lugar: Valladolid o Madrid. Mejor fuera que se la hubiera comido, si acaso es celosa.

Cuando se trata de confrontacin evaluativa la oracin puede desplegarse segn el modelo: “por... estimamos...”: Por dorados techos y suntuosos palacios estimamos estas barracas y movibles ranchos; por cuadros viejos de Flandes, los que de la Naturaleza en estos levantados riscos y nevadas peas, tendidos prados y espesos bosques que a cada paso a los ojos se nos muestran.

Adems de “bueno” y “malo” lo subjetivo puede ser expresado tambin por otros adjetivos. Desde punto de vista de la estilstica la mayora de estos son eptetos. Los eptetos sobran en todas las obras analizadas tanto prosaicas como poticas: aceda respuesta, fines y famosos campos, da caluroso, maravillosa abundancia, magnfica grandeza, verdaderos amigos, cachas amarillas, amargas y piadosas lgrimas, discretas razones, infinitos besos, gran pecado, agradable condicin, arriero enojado, naipes falsos, estancia oscura, luz escasa, sustos demasiados, buen consejo, las esperanzas ms secas, rostro descolorido, rica joya, honestidad hermosa, dulce nombre, fuego vivo, afeitado rostro, seales claras, casa llana, brazos abiertos, grande regocijo, inllevable trabajo, papeles mugrientos y medio rotos, valle pequeo,verdaderas maravillas, viuda rica, espiritillo fantstico, oficio muy peligroso, dulces das, armas invencibles, gitano caritativo, camisa ancha, cielo abierto, podereosa fuerza, susto mortal, amores agudos, noche fra, luces bellos, costales pequeos, limpios o nuevos.

Los eptetos pueden anteponer al sustantivo (abatido oficio, divino ingenio, libre y ancha vida, gran poeta, adolorido estudiante, tierno amante, largo camino, rstico y disforme brbaro, buenos mancebos, profunda y larga reverencia, provechoso documento, famosas aceitunas, virtuosa compaa, buena pltica, martima casa,grandes pecados, notable habilidad, rubios cabellos, esplndida comida, breve discurso, fresco ro, apacibles calles, diversas tierras, largas peregrinaciones, negro viejo, liberal yerno, sagaz perturbador, ligero sueo, pesado sueo, solemne juramento, amarga vista, maldita duea, dulce enemiga, sosegada voz, pestfera duea, grandes gritos, atrevidos pretendientes, noble cabeza, rigurosa sentencio) y postponerlo (hombres muy honrados, voz stil y quebradija, muchacho hbil, imagen devota, ojos hundidos, zapatos anchos, espada corta, las manos cortas, los dedos gordos, las uas hembras y remachadas, los pies descomunales, hbito honroso, mancebo flaco, criada fiel, hombre desalmado, obra digna, buenas gentes, famosas aceitunas, un religioso muy gordo, caballero calificado y generoso, oficio libre, agua bendita, hombre digno, oficial famoso, hombre atrevido, presencia agradable, voz hueca y espantosa, labrador pobre, cosas gustosas, cntaro desbocado, sala baja, arca grande, amos corteses y liberales, hombres discretos, amigo triste, hombre tierno, viento blando y prspero, pasajero pensativo, fuego lento, padres nobles, esclavas blancas, condicin llana by agradable, gente balda, atildada y meliflua, sones alegres y regocijados, silencio extrao, determinacin honrosa, cristianos viejos, caballero mentiroso.

Para dar un ejemplo citaremos la descripcin de Roma hecha por Quevedo: despedazados mrmoles, medias y enteras estatuas, rotos arcos y derribadas termas, magnficos prticos y anfiteatros grandes, famoso y santo ro, que siempre llena sus mrgenes de agua y las beatifica con las infinitas reliquias de cuerpos mrtires que en ellas tuvieron sepultura.

Cabe mencionar que no slo adjetivos pueden usarse como eptetos sino tambin sustantivos y participios: muchachos de buena gracia, pero descosidos, rotos y maltratados; pie de nieve y de marfil, llenos de color labios.

Gran nmero de eptetos encontramos usados en descripciones de la belleza de la mujer: blanca paloma, preciosa perla, dulce regalo mo, corona del donaire, honor del bro, bella gitana, frescor de la maana, cfiro blando en el ardiente esto; rayo con que Amor ciego convierte el pecho ms de nieve a fuego; fuerza que as lo hace, que blandamente mata y satisface.

Podemos ver que en las obras del Siglo de Oro las mujeres se idealizan: tenan los cabellos de oro, la frente de plata bruida, los ojos de verdes esmeraldas, los dientes de marfil, los labios de coral y la garganta de cristal transparente, y que lo que lloraban eran lquidas perlas; y ms, que lo que sus plantas pisaban, por dura y estril tierra que fuese, al momento produca jasmines y rosas; y que su aliento era de puro mbar, almizcle y alalia; y que todas estas cosas eran seales y muestras de su mucha riqueza.

De la protagonista de la novela de Cervantes “Gitanilla” Preciosa se dice que es la ms hermosa y discreta que pudiera hallarse, no entre los gitanos, sino entre cuantas hermosas y discretas pudiera pregonar la fama... Ni los soles, ni los aires, ni todas las inclemencias del cielo, a quien ms que otras gentes estn sujetos los gitanos, pudieron deslustrar su rostro ni curtir las manos. La llaman “nia de oro, y nia de plata, y nia de perlas, y nia de carbnculos, y nia del cielo”. De Constanza, otra herona cervantina se cuenta que es dura como un mrmol, y zaharea como villana de Sayago, y spera como una ortiga; pero tiene una cara de pascua y un rostro de buen ao: en una mejilla tiene el sol, y en la otra la luna; la una es hecha de rosas, y la otra, de claveles, y en entrambas hay azucenas y jazmines.

En la pieza de Lope de Vega “Ay, Verdades que en el amor...!” Juan describe a Celia como la bizarra mujer, la ninfa de Madrid, la dulce seora “de ojos bellos que en ellos copi su misma hermosura”, que tiene “dientes como perlas y labios como corales”. De ella dice: “Es mi seora muy linda para que t la desprecies; muy rica para buscarte, muy noble para quererte”.

Como se conoce los adjetivos en espaol tienen grados de comparacin: el grado comparativo y el grado superlativo. Los adjetivos usados en los grados de comparacin siempre dan a los juicios un matiz subjetivo. De ejemplo del uso de los adjetivos en grado comparativo podemos citar tales oraciones: No hay gente ms daosa a la repblica que ellos. Acord de buscar otros modos a su parecer ms eficaces y bastantes para salir con el cumplimiento de sus ordenes. Lleg a Amberes, ciudad ms maravillosa que las que haba visto en Italia. Con esta ddiva quedaron ms blandos que unas martas. Yo abrazado de la mujer ms tibia que ha tenido amor entre los hielos del olvido.

El grado superlativo de adjetivos se expresa a travs de adicin de “el ms” o “la ms” o de sufijos -simo, -sima. Por ejemplo: Mozos sois vosotros de la ms ruin canalla que sustenta la tierra. Los muchachos, que son la ms traviesa generacin del mundo... Era el ms celoso hombre del mundo. Y en el pajar se enterraba hasta la garganta, diciendo que aquella era la ms propia y ms segura cama que podan tener hombres de vidrio. Era el hombre ms cuerdo del mundo. Vio el rbol preciossimo . Obra digna del altsimo y profundsimo ingenio. Selo puso en las manos de la devotsima vieja. Daremos luego noticia a esta felicsima y abogada confraternidad. Todas eran damas riqusimas en extremo. Arrimse un da con grandsimo tiento....todo lo cual era de grandsima satisfaccin para el celoso marido. Os hago de saber que tengo grandsima gracia de ensear. Qued contentsimo el negro. Son tales que no hacen otro mal ni dao si no es provocarle a sueo pesadsimo . Si me dan cuatro cuartos, les contar un romance lindsimo en extremo... Se fue contentsimo ; hasta los gitanos le quedaron aficionadsimos ... Puesto que hermossima era la doncella.... cosas que ellos tuvieron por merced sealadsima ... La vieja sac tres hogazas blanqusimas de Gandul. Llegaron a la hermosa y bellisima ciudad de Gnova. Pesar grandsimo . Respondi espontneamente con grandsima agudeza de ingenio. Dej fama en su muerte de prudente y valentsimo soldado.

“ms”, adems de los casos mencionados ms arriba, se usa tambin conservando su valor evaluativo con otras partes de la oracin (sustantivos, verbos): l atenda ms a sus libros que a otros pasatiempos. Ms vinos nombr el huesped, y ms le dio que pudo tener en sus bodegas el mismo Baco. Callaremos ms que si fusemos mudas. Era la que con ms ahnco mostraba desear su entrada. Carrizales duerme ms que un muerto. Haba dado al mundo ms de lo que deba. A todos les respondi con ms entendimiento, por ser hombre de vidrio y no de carne.

Muy frecuentemente los nombres adjetivos van acompaados por los intensificador “tan”: Otro da volvera con su manada a dar contento a aquellos tan liberales seores. No somos tan ignorantes. Nunca inventaron mejor genero de msica, tan fcil de aprender, tan maera de tocar, tan sin trastes, clavijas ni cuerdas, y tan sin necesidad de templarse. La cara la tena tan pequea, que era imposible de toda imposibilidad caber en ella cuchillada de catorce puntos. Le sobresaltaba un tan gran miedo, que as se le desperetaba y deshaca como hace a la niebla el viento. Viva en ella la gente tan perniciosa y tan bcontraria a la misma Naturaleza. Fue el viaje tan prspero, que sin recibir algn revs ni contraste llegaron al puerto de Cartagena. Propuso en s de aconsejar a su compaero no durasen mucho en aquella vida tan perdida y tan mala, tan inquieta y tan libre y disoluta. Le vieron en tan diferente hbito... Vindose tan falto de dineros se acogi al remedio a que otros muchos perdidos se acogen.Hasta ahora no he sido tan necio ni tan venturoso. No he sido tan necio que diese un poeta malo, ni tan venturoso que haya merecido serlo bueno. Del infinito nmero de poetas que haba, eran tan pocos los buenos, que casi no hacan nmero. Era tan de maana, que apenas tuviese la luz lugar de verlas. No se vio monasterio tan cerrado, ni monjas ms recogidas, ni manzanas de oro tan guardadas. Se puso unos vestidos tan rotos y remendados que ningn pobre en toda la ciudad los traa tan astrosos. En menos de quince das os sacara tan diestro en la guitarra que pusisemos taer sin vergenza alguna en cualquier esquina. Con el romance dej al negro tan contento y satisfecho, que ya no vea la hora de abrir la puerta. Cuando le vio con sus dos muletras, y tan andrajoso, y tan fajada su pierna, qued admirado. Bebi con tan buen talante de la bota, que les dej ms fuera de sentido que la msica. Hablles tambin Loaysa, ofrecindoles a su servicio con tan buenas razones, que ellas echaron de ver que no salan de ingenio de pobre mendigante. Tom Loaysa la guitarra y cant aquella noche tan extremadamente, que las acab de dejar suspensas y atnitas a todas. Hombre soy yo por vida de mi padre, tan sencillo, tan manso y de tan buena condicin, y tan obediente, que no har ms de aquello que se me mandare. Luego comenz a dar el viejo tan grandes ronquidos, que se pudieran or en la calle. l es tan bueno que no reparar en juramentos. Asegurle con otras cosas semejantes que el demonio le puso en la lengua, llenas de colores retricos, tan demostrativos y eficaces que movieran no slo el corazn tierno y poco advertido de la simple e incauta Leonora, sino el de un endurecido mrmol. Preguntle qu era lo que era lo que senta, con tan tiernas y amorosas palabras como si fuera la cosa del mundo que ms amaba. Venan sudando con la gota tan gorda, que era una compasin verlos entrar ijadeando y corriendo agua de sus rostros. Y hay de ellos tan comedidos, especialmente estos dos que de aqu se van ahora.

Por Dios, tan linda es la gitanilla, que, hecha de plata o de alzorca, no podra ser mejor!, Habr favor tan bueno que llegue a la oreja del juez..., Tomo licencia para responder a este tan enamorado seor. El novicio dijo que se holgaba mucho de haber sabido tan loables estatutos, y que l pensaba hacer profesin en aquella orden tan puesta en razn y en polticos fundamentos. Son tan diligentes y presurosos, que, a trueco e no perder la jornada, perdern el alma. Vuestra merced tiene un saludable oficio si no fuese tan enemigo de sus candiles. Se contena tan extraordinaria locura como era de pensar que fuese de vidriose encerrase tan grande entendimiento que respondiese a toda pregunta con propiedad y agudeza. No soy tan frgil que me deje ir con la corrinte del vulgo.Vio a su tierno amante tan lindo y tan despejado ladrn. Soy tan necia! Se enamor de Andrs tan fuertemente que propuso de decrselo y tomarle por marido si l quisiese... de que qued tan espantado Andrs y tan absorto, que no pareci sino estatua, sin voz, de piedra dura.... quedar viuda de tan gran ladrn como vos. No soy tan viejo que pueda perder la esperanza de tener hijos que me hereden. Tan mal sabis mentir.Es tan santa y buena..., ...de tan corto ingenio que no alcance hasta dnde se extienden las fuerzas de la heremosura... Le pregunt como se llamaba y adnde iba, y cmo caminaba tan tarde y tan fuera de camino. Hermosas tiene Madrid que pueden y saben robar los corazones y rendir las almas tan bien y mejor que las ms hermosasa gitanas. Cortado y Rincn se dieron tan buena maa en servir a los caminantes, que lo ms de camino los llevaban a las ancas. Este tan grande embelesamiento dio lugar a Cortado. Conciencia tan escrupulosa ms es de religioso que de soldado....para no perder la ocasin tan buena de viaje... Se hizo tan famoso en la Universidad por su buen ingenio y notable habilidad, que de todo gnero de gentes era estimado y querido.Detrs de l vena uno que estaba en tan buena opinin como el primero. Daba tan claras seales de su locura...le dio tan larga y profunda herida... Tena tan feliz memoria que era cosa de espanto. Preguntle que por qu haba dado aquella tan cruel sentencia y hecho tan manifiesta injusticia.Tan pesada carga es la riqueza al que no est usado a tenerla ni sabe usar de ella. Vio a una ventana puesta una doncella, al parecer de edad de trece o catorce aos, de tan agradable rostro y tan hermosa, que, sin ser poderoso para defenderse, el buen viejo Carrizales rindi la flaqueza de sus muchos aos... Lleg a Sevilla tan lleno de aos como de riquezas.

Los sustantivos, igual que adjetivos, pueden usarse con intensificadores. El papel de intensificador lo tienen adverbios “tal” y “tanto” con particularidad que “tal” tiene tambin la forma de plural “tales” y “tanto” puede tener adems la forma femenina “tanta”. Los ejemplos del uso de sustantivos con el “tal” son siguientes: Alz la mano y le dio un bofetn tal , que le hizo volver de su embelesamiento. La dot primero en veinte mil ducados, tal estaba abrasado el pecho del celoso viejo....que estos tales hombres, y en tales casos, no han cometido la culpa cuando les viene el arrepentimiento. Si pudiera crecer su amor, fuera creciendo: tal era la honestidad, discrecin y belleza de su Preciosa. Qu diablos os trajo por aqu, hombre, a tales horas y tan fuera de camino? Tal la tena el miedo, que verdaderamente crey que se ahogaba. Veo ser gran lstima que se pierda una tal voz como la vuestra. Arrebat la guitarra y comenz a tocar de tal manera, que todas las criadas le oyeron. Tales sones hiz, que dej admirado al negro y suspenso el rebao de las mujeres que le escuchaba. Tambin sabis con cunta libertad la dot, pues fue tal el dote, que ms que tres de su misma calidad se pudieran casar con pinin de ricas.

Para dar ejemplos del empleo del intensificador “tanto” citar ms escritores del Siglo del Oro: No es mentira de tanta consideracin! Muero por verme con el seor Monipodio, de quien tantas virtudes se cuentan. En Per haba granjeado tanta hacienda, trayndola toda en barras de oro y plata. La satisfaccin que le haba dado Preciosa le pareca ser de tanta fuerza que le obligaba a vivir seguro. Me dio tantos azotes, que me dej por muerta. Viendo que el traer tanto dinero no era sino para conquistar o comprar su prenda. Pero la hermosura de Preciosa aquel da fue tanta , que ninguna la miraba que no bendeca....le diero tanto que hacer, que a no salir sus compaeros sin duda lo pasara mal. Serva a sus amos con tanta fidelidad, puntualidad y diligencia, que pareca que slo se ocupaba en servirlos. El daba tantas voces y haca tales extremos, que mova a los hombres. No s quin te pueda sacar msico con tanta breveda.

Se observa que “tanto” sirve no slo para incrementar el significado de nombres sustantivos sino tambin puede postponer a los verbos: Ilustrbala tanto con su buen entendimiento, que no era menos famoso por l que por ella. Rironse de esto Chiquiznaje y Maniferro, de lo cual se enoj tanto el Repolido que dijo...

Es muy interesante que el valor evaluativo puede concentrarse aun en los nombres propios de protagonistas: Pipota, Preciosa, La Gananciosa, la Gariharta, Monipodio, Licenciado Rueda, Repolido, Maniferro, Chiquiznaque, la Escalanta, Rinconete, Cortadillo, licenciado Pozo, Clemente, Lobillo, Ganchoso, Licenciado Vidriera, Montesfracn, Asperino, capitn don Fulano, secretario don Tal de don Tales, capitn Valdivia, Carrizales, Gandul.

Existe un grupo de verbos que sirven para expresar el subjetivismo de lo enunciado. Comprense: Este seor parece tan honrado y Este seor es honrado.Dentro de estos se puede nombrar los verbos “parecer”, “pensar”, “opinar”,“creer”, “tener por” y otros. El verbo que resulta ms productivo es sin duda alguna “parecer”: No les pareci mal a los dos amigos la relacin del asturianillo, ni les descontent el oficio. Les pareci que la llevaban a sepultura. Le pareci que haba acertado a escoger la vida mejor que se le pudo imaginar. Pareciles que miraban a un ngel. El tiempo parece tardo y perezaso a los que en l esperan. Le pareca que se estremeca y ella qued mortal, parecindole que le haba cogido en el hurto. Si acaso parezco vieja, corrimientos, trabajos y desabrimientos echan un cero a los aos. Y si le parece que es mucho lo que s pide, considere que es much ms que se aventura. Sola Leonora callaba, y le miraba, y le iba pareciendo de mejor talle que su velado. La plata de las canas del viejo a los ojos de Leonora parecan cabellos de oro puro. Su demasiada guarda le pareca advertido recato. La patria no me parece de mucha importancia decirla, ni los padres tampoco. Parecan unos angelicos. Vuestras mercedes escuchen un sonetillo que anoche hice, que, a mi pareceer , aunque no vale nada, tiene un no s que de bonito. La admirable belleza de la ciudad en aquellas peas parece que tiene las casas engastadas. Sus puentes, parece, que estn mirando unas a otras. Npoles es a su parecer la mejor ciudad de Europa y aun de todo el mundo. De Palermo le pareci bien el asiento y la belleza. No me parece mal remedio se. Parecile que su riqueza era infinita, su gobierno prudente, su sitio inexpugnable, su abundancia mucha, sus contornos alegres y toda ella digna de la fama que de su valor por todas las paretes se extiende. De perlas me parece todo eso. Bien parece que no se acuerda de aquel refrn... Vimos arimados a ella dos hombres, al parecer de buen talle. Parece que los gitanos y gitanas solamente nacieron en el mundo para ser ladrones. No le pareci a Andrs legtima esta declaracin, sino muy bastarda. Hazme parecido bien. Pues en verdad que no parece vuesa merced del Cielo. Pareca de edad de cuarenta y cinco a cuarenta y seis aos. Djome que era pariente, y novio me pareci, que un pariente menos siente.

Otro verbo de este grupo que tambin se empleaen las obras analizadas muchas veces es “tener por”: Eran cosas que ellos tuvieron por merced sealadsima... Los vestidos fueron tantos y tan ricos, que los padres de la desposada se tuvieron por ms que dichosos en haber acertado con tan buen yerno.

Es interesante que el mismo verbo “tener” usado con otra preposicin, es decir, con la preposicin “en” adquiere el sentido de “estimar, apreciar”: Y vmonos, abuela, que aqu nos tienen en poco.

Examinemos tambin los ejemplos del empleo del verbo “creer: No creo que haya otra, hijo. De los maestros de escuela crea que eran dichosos, pues trataban siempre con ngeles, y que fueran dichossimos si los angelitos no fueran mocosos. De los pasteleros crea que haba muchos aos que jugaban a la dobladilla. De los titiriteros crea mil males: deca que eran gente vagabunda y que trataba con independencia de las cosas divinas.

A menudo se usa tambin ei sinnimo de este verbo “pensar”: Pienso que Celia es un gran casamiento, porque es muy rica y hermosa y de claro entendimiento. Agora pienso que Celia te adora. Por dicha piensan los seores que en Saboya merezco sus favores.

Otro verbo con el mismo significado es “opinar”: Opino que porque quien a muchas quiere a nadie puede querer. Opino que el Amor pisa las estampas de los celos. Opino que la Naturaleza es hermosa por ser varia.

A este grupo de verbos se puede atribuir tambin la expresin “cobrar fama”: T cobras fama de la mejor romancera del mundo. Por fin lleg a la ciudad que cobraba fama de la capital de pcaros sucios y gordos, vistosos oracioneros, esportilleros y mandilejos de la hampa.

En cuanto a nivel sintctico se puede decir que, analizado el lxico de las obras del Siglo del Oro, se observa que el subjetivismo muy frecuentamente se expresa en las oraciones exclamativas: Ahora s es la risica!Ay, que bien haya esa gracia! Ay, qu copete que tiene tan lindo y rizado! Ay, qu blancura de dientes! Mal ao para piones mondados que ms blancos ni ms lindos sean! Ay, que ojos tan grandes y tan rasgados! Y por el siglo mi madre que son verdes, que no parecen sino que son de esmeraldas!Extrao y triste espectculo para losa padres, que a su querida hija y su amado yerno miraban! Mal haya yo si ms quiero que jures, pues con slo lo jurado podas entrar en la misma sima de Cabra! Notable error!Gran ruido!Todo el mundo no es bastante!Qu dicha tendr si es ella! Extraa gente!Lstima me da! Lstima es que esta mozuela sea gitana!

DAMA1 : Oh, qu gracioso entrems!

DAMA2 : Qu bien Amarilis habla!

DAMA1 : Qu bien se viste y se toca!

MARTN : (Aparte a JUAN .) Buen mozo!

JUAN : (Aparte a MARTN .) Buen talle!

INS : (Aparte a CELIA .) Bravas plumas!

CELIA : (Aparte a INS .) Bizarra tiene el belicoso traje!

MSICO1 : Qu guitarra habis trado?

MSICO2 : La sonora portuguesa.

MSICO1 : Buenas voces!

MSICO2 : Extremadas!

Gran nmero de las oraciones exclamativas evaluativas se empiezan con la conjuncin “que”: Ou liviandad! Qu traicin! Qu soldado tan galn! Qu libertad tan grosera!Oh qu donaire tan grande!Qu bien tocada vens! Qu amor tan necio y cansado! Qu descompuesta porfa! Qu humildad! Qu presto tras ellos viene! Qu discreto fuego tiene para abrasar necios hielos! Qu mal hace quien se atreve a dar por amor desdn, porque no es hombre de bien quien no paga lo que debe!Ay, Martn, qu necio he sido! Qu desgraciado y perdido!

Un lunar tienes, Qu lindo!

Ay Jess, qu luna clara!

Ou sol, que all en los antpodas

oscuros valles aclara!

Ms de dos ciegos por verle

Dieran ms de cuatro blancas...

Se encuentran tambin muchas oraciones que empiezan con el adjetivo “bravo”: Brava vitoria, don Juan! Brava arrogancia! Bravo talle!Brava joya te ha enviado!

Otro elemento de intensificacin aparece “ste s que”: ste s que se puede decir cabello de oro! stos s que son ojos de esmeralda!ste s que es juramento para enternecer las piedras!

CONCLUSIONES

Siglo de Oro es la poca clsica o de apogeo de la cultura espaola desde la publicacin de la Gramtica castellana de Antonio de Nebrija (1492) hasta la muerte de Caldern (1681). El punto ms alto de este apogeo se encuentra en la obra de Miguel de Cervantes y Lope de Vega.

Fue un perodo de gran florecimiento poltico y econmico en Espaa, que alcanz un gran renombre y prestigio internacional; durante esta poca todo lo “nuevo” en Europa vena de Espaa y era imitado con gusto y aplicacin; se puso de moda saber la lengua espaola. Se desarrollan en especial la literatura, las artes plsticas y la msica. El Siglo de Oro abarca dos periodos estticos, que corresponden al Renacimiento durante el siglo XVI y al Barroco durante el siglo.

Axiologia, llamada tambin teora de los valores, abarca, por una parte, el conjunto de ciencias normativas y, por otra, la crtica a la nocin de valor en general.

Subjetivamente, el valor es el carcter que reviste una cosa al ser ms o menos apreciada. Objetivamente, es el carcter de las cosas que merecen mayor o menor aprecio o que satisfacen cierto fin.

Valer y ser no se identifican en el proceso de la percepcin humana. Percibimos muchas cosas que son, pero no por ello juzgamos que valen, ms an, nos dejan indiferentes. El valor es aquello que saca al sujeto de su indiferencia frente al objeto; por eso, el valor se funda en la preferibilidad. La noindiferencia es la esencia del valor. Tener valor no significa directamente tener ms o menos realidad, sino no ser indiferente. Es precisamente esta caracterstica del valor lo que va a plantear el problema central de la axiologia.

El valor es captado sentimentalmente. No se percibe el valor por la va de un silogismo deductivo, sino de una manera inmediata en la que la capacidad de sentir de la persona se ve afectada. Hay un «orden del corazn» paralelo al «orden de la razn». El percibir sentimental no est unido exteriormente al objeto, ni aun de modo mediato a travs de una representacin o a travs de un signo, como si el objeto fuera signo de algo ms profundo.

EI valor es objetivo. El mismo hecho de que podamos discutir sobre los valores, supone que en la base de la discusin estamos profundamente convencidos de que son objetivos. Los valores se descubren, como se descubren tambin las verdades cientficas.

Los valores son esencias o eidos. Quiere esto decir que los valores son independientes de las experiencias en que estn inmersos. Esta esencia puede ser realizada por medio de la existencia, pero su modo especfico de consistencia no se modifica por el modificarse de sus realizaciones existenciales.

Los valores son esencias «eternas e inmensas», por abarcar el espacio y el tiempo. Adems son esencias «absolutas e inmutables»: los valores no cambian y no estn condicionados por ningn hecho de naturaleza histrica, social, biolgica o individual. Lo que vale una vez, vale siempre y de un modo uniforme: no valdr ms para unos que para otros.

El valor no es una relacin, sino una cualidad. Es preciso distinguir entre el valor en s y el valor para nosotros. Si hubiera valor slo para algunos, entonces estaran constitutivamente en relacin con el tiempo y con el espacio, cosa que ya hemos excluido.

La caracterstica ms importante de evaluacin es la presensia de factor subjetivo que acta reciprocamente con el objetivo. Una expresin evaluativa, aun si no se ve claramente el sujeto, sobreentiede la relacin evaluativa entre sujeto y objeto. El aspecto evaluativo, como uno de los elementos de la estructura evaluativa, tienen los predicados axiolgicos. Los predicados creer, opinar, pensar, parecer reflejan el caracter subjetivo de evaluacin.

El componente subjetivo presupone la actitud positiva o negativa de sujeto hacia su objeto (a veces la representan en forma de relacion: gustar/no gustar, apreciar/no apreciar, aprobar/no aprobar) mientras el componente objetivo (descriptivo) toma como punto de referencia las cualidades propias de objetos o fenomenos a base de las cuales se evaluan.

P.Nowel-Smit divide los adjetivos en 2 grupos: grupo A (aptness-words) y grupo D (descriptive words). Los primeros indican que el objeto tiene unos rasgos que son aptos para despertar emociones y los segundos entran en descripcin.

J. fon Wright propuso una clasificacin de tipos de evaluacin basada en tipos de objetos y semntica de combinaciones con la palabra bueno. l distingue las siguientes formas de bienes: bien instrumental, bien tcnico, bienes mdicos, bien utilitar, bien gednico, bienes de hombre.

Arutyunova divide los significados de evaluacin parcial en 3 grupos que incluyen 7 categoras. El primer grupo lo forman las evaluaciones de sensor que se dividen en: gedonsticas, sicolgicas entre las cuales se diferencian evaluaciones intelectuales (interesante, trivial, fascinante) y evaluaciones emocionales (alegre, deseado, agradable).El segundo grupo son evaluaciones sublimadas o absolutas: 1) evaluaciones estticas basadas en sntesis de las de sensor y sicolgicas; 2) ticas que sobreentienden las normas: moral, bondadoso, vicioso.

Las ltimas 3 categoras que constituyen el tercer grupo son evaluaciones racionalsticas vinculadas con actividad prctica de hombre. Incluyen las evaluaciones 1) utilitares (til, nocivo); 2) normativas (correcto, normal, sano); 3) teleolgicas (eficaz, acertado, defectuoso).

En las estructuras evaluativas los rasgos subjetivo y objetivo actan recprocamente. Se distinguen la evaluacin general que se basa en los rasgos que les atribuye el sujeto y los de evaluacin parcial que tiene como punto de partida las caractersticas propias de objetos.

Los componentes objetivo y subjetivo de significado evaluativo representan una unidad dialctica con correlaciones muy complicadas en lmites de cada serie de unidades de la lengua.

Las relaciones entre el sentido descriptivo y evaluativo (emotivo) se manifiestan evidentemente en sistema de los adjetivos para los cuales es esencial la semntica de signo. Entre los adjetivos se puede diferenciar las palabras descriptivas que no contienen ninguna evaluacin (por ejemplo, portugus, cprico, matinal, bpedo etc), a este tipo pertenece la mayora de adjetivos relativos y los evaluativos propiamente dichos (bueno, excelente, magnfico, estupendo, malo, feo, terrible) que designan slo la evaluacin con signo + (bueno) o - (malo) con diferente grado de intencificacin y afectividad.

En mayora de los casos el significado evaluativo se vincula implicativamente con el descriptivo correspondiente. En la lengua natural los dos aspectos se combinan. La combinacin se realiza as en la semntica de las palabras evaluativas como en declaraciones que contienen una evaluacin, y precisamente en las declaraciones se descubre una serie de rasgos de semntica evaluativa.

Los dos componentes de significado (descriptivo y evaluativo) se puede distinguirlos describiendo la semntica de declaraciones y palabras concretas.

La evaluacin es inseparable de la comparacin. Cualquier tipo de comparacin se basa en disjuncin que presupone incompatibilidad de unas situaciones, acciones, modos de actuar, acontecimientos. La relacin disjuntiva, es decir, presencia de una opcin dentro de una serie de alternativas, incita a uno a hacer una comparacin evaluativa. La evaluacin comparativa tiene forma de un razonamiento prctico (que no lleva a la constatacin de la verdad sino a la toma de decisin). El razonamiento lgico es universal para toda la gente y se basa en distraccin del sujeto pensador. El razonamiento prctico al revs no puede ser aislado de la estructura de la personalidad, las finalidades que se propone, de la real situacin de la vida.

Los objetos de la comparacin evaluativa pueden ser tanto cosas como sus cualidades, situaciones, acontecimientos y estados. Pero cuando hablan de las preferencias, no tienen en cuenta los objetos propiamente dichos sino sus propiedades y las acciones que los incorporan.

El complejo semntico “bueno – malo” pertenece a las concepciones de graduacin, en la cual cada antnimo muestra la direccin de la escala que se extiende a dos infinidades opuestas divididas por el eje de simetra.

Los rasgos marcados por los antnimos representan dos lados de una medalle. La aumentacin de un rasgo en la escala de lo bueno y lo malo se vuelve la disminucin del otro.

La evaluacin puede referirse a los acontecimientos pasados, al futuro y a las situaciones abstractas. La evaluacin comparativa de lo pasado o de lo existente ya no puede tener fuerza comunicativa que actuve activamente. No obstante est vinculada con determinadas situaciones e impulsos sicolgicos.

La investigacin del lxico de evaluacin subjetiva en obras de Cervantes, Quevedo, Gracin, Lope de Vega y Caldern de la Barca llevaron a la conclusin que existe gran nmero de medios de evaluacin. Lo subjetivo se manifiesta a travs del uso de tropos, palabras con el matiz evaluativo “bien”, “mal” y sus derivados “bueno”, “malo”, “mejor”, “peor”, palabras “ms”, “menos”, adjetivos, incluyendo los usados en grado comparativo y superlativo, verbos “parecer”, “tener por”, “creer” y otros.


РЕЗЮМЕ

Останнім часом лінгвістична наука все частіше звертається до проблеми особистості в мові . Праці сучасних дослідників характеризуються антропоцентричним підходом до аналізу художнього тексту: текст розглядається як відображення ідейно-естетичної та ціннісної концепції автора. Принципового значення набуває прагматичний ракурс дослідження творів. Мовні засоби вираження суб’єктивної оцінки є найважливішим способом реалізації образу автора. Особливості індивідуального стилю автора дають ключ до розуміння його концептуальної картини світу.

У своїй магістерській роботі ми розглядаємо поняття аксиології – науки про цінності, досліджуємо категорію оцінки, в першу чергу, оцінки суб’ктивної, аналізуємо лексику творів іспанських авторів доби Золотого Віку. Актуальність даного дослідження визначається необхідністю подальшого вивчення мовної специфіки літературних творів доби Золотого Віку.

Магістерська робота складається зі вступу, п’яти розділів та висновків. Обсяг роботи складає 92 сторінки. У списку використаної літератури нараховується 60 джерел, у тому числі 10 – іспанською мовою. Практична частина розроблена на матеріалі творів М.Севантеса „Циганочка”, „Рінконете і Кортадильо”, „Ліценціат Відрьєра”, „Ревнивий екстремадурець”, „Славетна судомийка”, „Мрії” Кеведо, „Мистецтво винахідливості” Грасіана, „Правда, що в коханні...” Лопе де Вега, „Життя є сон” Кальдерона де ла Барка.

Перший розділ має на меті зробити загальний огляд доби Золотого Віку, епохи, що вважається апогеєм розвитку іспанської культури. Це період найбільшого політичного та економічного розквіту Іспанії, коли країна набула загального міжнародного визнання. В цей час стає модною іспанська мова, особливого розвитку набуває література, музика та образотворче мистецтво. Що стосується літератури, у добу Золотого Віку жили і творили такі визначні письменники і поети як Мігель де Сервантес Сааведра, Кеведо, Грасіан, Тирсо де Моліна, Лопе де Вега, Лопе де Руеда, Педро Кальдерон де ла Барка та інші. Із них найбільший внесок в іспанську та світову літературу зробили, без сумніву, Сервантес та Лопе де Вега. „Дон Кіхот” Сервантесастав одним із найбільш відомих у світі романів, а „лицар печального образу” – одним із найпопулярніших і найулюбленіших образів сьогодення. Лопе де Вега - це геніальний драматург та поет, автор численних драм та комедій, серед яких найбільш відомою для українських читачів є „Кам’яний гість”.

У другій частині магістерської роботи дається тлумачення понять „цінність” та „аксиологія”, розглядається внесок різних лінгвістів у вивчення проблем аксиології.

У своєму житті ми сприймаємо безліч речей, але не кожна з них має для нас якусь цінність. Часто об’єкти нашого сприйняття залишають нас абсолютно байдужими. Предмет має аксиологічну цінність лише затієї умови, що викликає до себе небайдуже ставлення (позитивне чи негативне).

Цінність – об’єктивна. Лише той факт, що ми можемо сперечатися щодо цінностей говорить про те, що ми глибоко впевнені у їхній об’єктивності. Цінності незалежні від особистого досвіду людини. Вони вічні, абсолютні і незмінні. Цінності, якими користується наше суспільство, були притаманні нашими пращурам багато століть тому і будуть чинними для багатьох поколінь у майбутньому.

У третій частині роботи досліджуються семантичні особливості оцінки. Найважливішою характеристикою оцінки є суб’єктивність. Будь-яке судження передбачає наявність суб’єкта, тобто особи, яка здійснює оцінку, явища, події чи предмета, що оцінюється. Мірилом цінності усього, що існує в природі, є людина в сукупності усіх проявів її життєдіяльності. Ця людина може бути представлена конкретно-історичним індивідом, визначеною соціальною групою або суспільством в цілому.

Присутність суб’єкта оцінки передбачає деякі особливі риси оцінювального судження і в першу чергу можливості виникнення дискусії щодо оцінок, при якій зіштовхуються різні точки зору. Коли йде мова про суб’єктивний компонент, мається на увазі позитивне чи негативне ставлення суб’єкта оцінки до об’єкта, тоді як об’єктивний (дескриптивний) компонент оцінки орієнтується на власні ознаки предмета чи явища, що оцінюється.

Оцінювальний характер судження виражається за допомогою аксиологічних предикатів: думати, вважати, гадати, здаватися.

Співвідношення суб’ктивного і об’єктивного є основною проблемою, навколо якої розгортаються дискусії про філософську сутність цінностей і про природу оцінювальних суджень. Історія вивчення оцінки характеризується постійною боротьбою двох течій, одна з яких спирається на уявлення, що в оцінці основним є об’єкт, а інша вважає більш важливими якості об’єкта. Перший напрямок знайшов своє яскраве відображення у концепціях емотивізму, де оцінювальні значення розглядаються лише як вираження емоцій суб’єкта, як ставлення суб’єкта до об’єкта. Протилежний напрямок спирається на ідею, що оцінювальні значення слід розглядати як приналежні об’єктам, і таким чином являють собою не відношення, а властивості.

Існує багато класифікацій типів оцінки. Класифікація, запропонована Х. фон Врігтом, базується на семантиці сполучень зі словом „гарний”. Він виділяє такі шість „форм добра”: добро інструментальне (гарний ніж), технічне (гарний водій), медичне (гарна пам’ять), утилітарне (гарна нагода), гедоністичне (гарний запах), людське (гарний вчинок).

Взаємодія суб’єкта оцінки з її об’єктом лежить в основі класифікації Н.Д. Арутюнової. Вона виділяє три групи, що включають сім підгруп. Перша група – це сенсорні оцінки, вони поділяються на сенсорно-смакові, психологічні та емоціональні. Друга група – це сублімовані, або абсолютні, оцінки: естетичні та етичні. Третя група – раціоналістичні оцінки, пов’язані з практичною діяльністю людини, а саме: утилітарні, нормативні та телеологічні.

У четвертому розділі розглядається порівняльна оцінка ситуацій. Щодня кожному з нас доводиться приймати безліч рішень. Життя нагадує гру: у людини завжди є вибір, який хід зробити для того, щоб ситуація обернулася для неї найліпшим чином. Наявність можливості вибору з ряду можливих варіантів спонукає нас на те, щоб зробити оцінювальне порівняння. Ми розрізняємо гарне і погане, смачне і несмачне, приємне і неприємне. При чому кожна людина сприймає навколишній світ крізь призму своїх особистих цінностей, думок і почуттів. Те, що подобається одному, може визивати відразу у іншого.

В аксиології порівняння пов’язане з такими поняттями як 1) альтернатива, тобто присутність ряду несумісних дій; 2) оцінювальне порівняння, що бере до уваги суб’єктивну модальність бажання і об’єктивну модальність необхідності; 3) перевага – потенційний вибір; 4) свідомий вибір.

Оцінювальне співставлення – це не те саме, що порівіняння. Співставлення не констатує схожість, але зважує і робить висновки. Об’єктами оцінювального порівняння можуть бути як речі, так і їхні ознаки, ситуації, стани, події. Але, коли йдеться про переваги, маються на увазі не самі предмети, а їхні властивості або функції, що вони виконують.

В п’ятій , заключній, частині своєї роботи ми приводимо приклади вживання лексики суб’єктивної оцінки, опираючись на матеріал творів іспанських письменників Золотого Віку, та класифікуємо їх.

Ключові слова:

Sujeto, objeto, lxico con valor evaluativo , axiologia, evaluacin subjetiva, valor, subjetividad, Siglo de Oro, comparacin evaluativa, confrontacin evaluativa, opcin, preferencia.


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